lunes, 28 de diciembre de 2015

FOKLORE KO: EL CANTAR DE LA MÍA PRIMA ( IV)

Como decíamos ayer...si quieres conocer a Manolillo, dale un carguillo...

La liberadora conga erótico- peluda fue derribando uno a uno a los sátrapas alopes que hasta entonces ocupaban los tronos de los Siete Reinos.

Por una cuestión meramente logística, mientras Tu Prima y sus cien mil Primos terminaban de derrotar  a los  últimos reductos alopes, nuestra insigne líder encargó el gobierno ordinario a algún notable local, siempre en el bien entendido supuesto de que dicho poder ejecutivo sería administrado  en nombre y beneficio del  Trono Imperial  Koñero...

Más, como nos enseña la Historia, quien encabeza un rebelión a menudo es apartado del poder por los "aparatchits" o burócratas, quienes, en pro de su beneficio personal, desvirtúan el espíritu inicial para instalar un gobierno tan o más autocrático que el anterior.

Aun teniendo a su mando un ejercito peludo y victorioso, Nuestra Prima optó por mantener la paz en los Reinos, y en un gesto de infinita nobleza....en fin, leanlo....

Aquella conga koñera
Reparó los desatinos
Brotó pues la primavera
Liquidose aquel Comino

A medida que avanzaba
Por aquellos siete reinos
Dejó persona encargada
De vigilar el gobierno

Más el espíritu abierto
De nuestra prima gloriosa
Fue traicionado presto
De mil formas deshonrosas

Mientras ella derrotaba
Los reductos afeitados
Los virreyes traicionaban
A quien los dejó nombrados

Así, con vil puñalada
En villana comandita
El primero en tracionarla
Fue el maligno alosebita

Tras él, aunque disidente
Como veréis normal
Se unió entusiásticamente
El llamado radical

Manguara ese vil tendero
Bigotudo, a la sazón
Se unió presto y con esmero
A la negra coalición

Con los otros hizo piña
Un Don José aun efebo
Y se sumó a aquella  riña
Contra todo lo koñero

El musculoso afeitado
El batuta de Arcobendas
El Alcohol, El Sultanato
También buscaron prebenda

El exilio decretaron
Para Tu Prima y sus primos
Y viéndonos tracionados
El negro exilio escogimos

(nuevo estribillo)

Que mueran los nuevos reyes
Nuevas tierras buscaremos
Allí donde no haya leyes

Siempre libres viviremos 

domingo, 27 de diciembre de 2015

La Batalla de las Darklands


Amigos, abro aquí un pequeño receso para contaros un hecho que ha acontecido en los siete reinos y que a punto estuvo con destruir tanto por lo que hemos luchado. Debéis saber que en las Darklands, el antiguo reino del limosnero se levantó un grande ejército, su objetivo acabar con los siete reinos y cubriéndolos de oscuridad convertirlos en un apéndice más de las Darklands.
Sí, todos sabemos que en aquellas tierras solo moran los fantasmas y los espectros, que nadie que se atreva a internarse en sus ruinas logra salir con vida de allí, pero algo mas se escondía en sus entrañas. El antiguo limosnero, hoy espectro, había ido acumulando más y mas almas pérdidas de aquellos que se atrevían a acceder a su reino y poco a poco fue haciéndose con tremendo ejercito, tan grande que se vio con fuerzas para atacar al resto de pueblos inguinales.
Tenida noticia de que tan horrendo ejercito se acercaba, los reinos adeptos al orden se prepararon para la guerra, desde Oxfordseb se envío despacho a los 7 reinos para que se unieran bajo la bandera de Fray Alosebo y un cuervo a su santidad.
Solo 6 contestaron, La Republica de mercaderes libres de manguara, los Radicales, los zíngaros de Don José, el pueblo libre de Ko, el sultanato de peñarroya y el Rey títere de muscleland, esto es los alopes. Porque amigos míos, el peligro que arrostraba esta tierra era tan grande que incluso el enemigo natural de nuestros reinos se unió para luchar contra él.
Nada tan grave se había visto en estas tierras desde, quizás, el motín de skulltatoo.
Todos los reinos se preparaban para la guerra, el ejército de silentes del limosnero se había localizado cerca de la frontera con el sultanato, estaban acampados al pie de una colina, cerca del arroyo del recodo y se decidió que aquel seria nuestro campo de Marte.
La salida de Oxfordseb será siempre recordada, Las calles alfombradas con flores, banderas alosebitas en los balcones, el silencio solo era roto por las gargantas de la población que entonaban quedamente el himno de fray Alosebo, a caballo dirigía yo la columna que entraría en batalla y delante del hermoso rocín corrían zagales engalanados que arrojaban al paso de la columna pétalos de rosas. Llegados a la misma puerta de Oxfordseb, donde abandonaríamos la seguridad de nuestro reino para luchar por toda la península, un ermitaño nos dio el alto y con voz temblorosa sacando un pergamino de su sucio jubón leyó en alto lo que no era sino una misiva del santo padre, le había dado a nuestra gesta la categoría de cruzada y llamaba a todos los pueblos inguinales a unirse a ella para derrotar al mal que habitaba en las Darklands.
En todo Oxfordseb hubo una explosión de júbilo, nuestra guerra estaba ahora bendecida por su santidad y concedía indulgencia plenaria a todo aquel que participara en la batalla.
Los radicales, que habían salido antes, seguramente para ir montando gresca en los cientos de salones y bares de Xipas que jalonan los caminos desde sus tierras a las nuestras, se encontraron con nuestro ejército al poco de salir nosotros y se unieron todos en hermandad bajo la bandera de Fray Alosebo. Pues a pesar de ser radicales y negar la capitanía de aloseb, siguen siendo hermanos alosebitas y respetan y veneran la sagrada figura.
Mientras tanto en Manguara, el ejercito que el dux había formado se aprestaba a introducirse en los vagones del tren militar que el consejo de manguara había fletado, las escenas de viva emoción se sucedían por doquier pues bien sabia manguara que muchos de los jóvenes que ahora embarcaban no volverían a suelo manguares. Fue ese momento en que el Dux, aquejado de grave dolencia desde la huida de café con leche se levantó de la cama y saliendo al balcón anunció a viva voz que el Papa había decretado cruzada. Al enterarse de la noticia miles de jóvenes que no habían sido reclutados saltaron a los vagones, muchos, directamente desde los brazos de sus madres o de sus novias. Cuentan, que llevado por la emoción hasta el propio Mangui saltó a uno de los vagones embargado su espíritu de ardor guerrero o quizás porque en su limitada capacidad no entendía bien que pasaba y creía que aquello era un nuevo juego manguarés. En cualquier caso quiso la fortuna que fuera reconocido y realizando una parada extraordinaria el convoy lo dejo en una parada cercana donde el primer manguaro pudo enviar a un propio a recogerlo.
El Ko, pueblo salvaje y guerrero, avanzó por el paramo de la casi segura aniquilación como un solo hombre rumbo al lugar indicado y seguramente ignorante de la misiva papal ya que como es bien sabido se trata de un pueblo atrasado que a pesar de mis esfuerzos no está completamente convertido y, aunque así fuera, son gentes bárbaras que apenas alcanzan para saber leer su nombre por lo que la romana misiva no causo alborozo alguno entre sus huestes.
Los Gitanos, pueblo trashumante, ya se encontraba allí reunido y esperaba al resto, pues estas gentes tienen un sexto sentido para saber donde habrá movimiento y por ende de donde sacar tajada.
Por último también salió el ejército del sultanato, comandados por la mujer búho, salvaje criatura que lleva atados en los estribos cientos de escrotos humanos.
Los Ejércitos se reunieron en la garganta del tremendo a medio día escaso de distancia del arroyo del recodo, lugar elegido para la batalla. Allí las diferencias entre reinos fueron momentáneamente olvidadas en pos de un objetivo mayor y se dieron las pertinentes instrucciones de combate. Se montaron los campamentos y todos los ejércitos se hermanaron sabiendo que aquella sería la última noche de muchos. El rey títere dispuso su campamento algo apartado del resto ya que aunque ahora aliados nadie olvidaba que se trataba de alopes, el enemigo natural de los siete reinos.
Al despuntar el alba los ejércitos se pusieron en marcha, y que ejércitos, jamás en la historia de los siete reinos se había visto algo como aquello, de tantos pendones y estandartes que allí había se diría que un bosque había entrado en movimiento. Caballeros Oxfordsebitas, salvajes Ko, Fusileros manguarenses, xiperos radicales, jenízaros peñarroyiles, alopes y danzantes, gitanos en caravanas, todos avanzaban con paso firme hacia la colina que se encontraba antes del arroyo y valle del recodo.
Finalmente los ejércitos alcanzaron la cima de aquella colina y los capitanes observaron el ejército enemigo que esperaba en el valle. Cientos de miles de hileras de silentes esperaban en formación, tantos había que diríase que aquel ejercito no tenia fin. Los capitanes buscaron las divisas y emblemas que identificarían a los oficiales al mando, mas no hallaron ninguna, entonces buscaron el gonfalón que identificaría el lugar donde se hallaba el comandante de aquella innumerable tropa de silenciosos soldados, mas tampoco hallaron ninguna.
Pareciase que aquel ejercito espectral podía dirigirse desde la misma mente del limosnero, no necesitando este de tenientes o capitanes que dirigieran las tropas ni pendones o banderas que transmitieran las órdenes.
Al ver esto el desanimo cundió entre las tropas de los siete reinos, si no podían identificar a aquel que los guiaba no podrían derrotarlo. Entre las filas de los combatientes empezaron a oírse pequeñas protestas y maldiciones, se creía invencible al limosnero como anima maldita desde los sucesos de Casemiro.
Las filas de efectivos, hasta ese momento, inasequibles al desaliento empezaron a temblar pues nadie se creía capaz de batir a semejante ejército. Pero tomando la palabra los líderes de cada casa comenzaron a hablarle a sus tropas en emocionante soflama para inundar sus espíritus de ardor guerrero. Ora se mentaba a Fray Alosebo y su valentía al adentrarse más allá del muro para expulsar a los alopes, ora se decían los muchos tesoros y negocios que la republica manguarense podría obtener de lograr la victoria, Don José animaba a sus tropas diciéndole las muchas ruinas que podrían saquear en las tierras del tesorero, los radicales solo necesitaban saber que había gresca cerca para estar animosos al combate, el rey títere alzaba una maquinilla y por gestos se intuía lo que pretendía hacerle a los silentes cuando los alcanzara, solo callaba extrañamente la mujer búho, pero entonces nadie advirtió tal comportamiento.
Finalmente el ejercito se recompuso pero conociendo los lideres que aquello quizás no durara besaron sus escapularios de fray Alosebo, aquellos que lo hicieron, y al grito de “Fray Alosebo y cierra Oxfordseb” comenzaron la tan esperada carga.
Entretanto las innumerables filas de silentes esperaban en la falda de la colina, inmutables. El choque fue terrible y la refriega constante, durante mucho tiempo solo se oían los gritos de guerra de los ejércitos de los siete reinos o los propios de agonía al caer bajo los silentes, el otro ejercito luchaba y caía en pasmoso silencio, diríase que eran espíritus y no personas los que allí batallaban.
En cualquier caso, los ejércitos inguinales estaban venciendo, las silenciosas tropas caían ante ellos como trigo maduro en la siega, cuando de repente, un alarido espantoso surgió desde la espalda del ejercito atacante, los jenízaros peñarroyiles que se habían quedado atrás en el primer envite de violencia, cargaban ahora colina abajo como furiosos demonios comandados por la mujer búho que exhibía en aquel momento una diadema hecha de piel escrotal que infundía pavor en aquel que la miraba. Así se consumó la traición Peñarroya se puso al lado del limosnero y atacando al ejercito por su espalda lo atrapó cual tenaza a un clavo.
El no poder avistar al comandante de los aparecidos y ser atacados por la retaguardia con una traición espantosa, era más de lo que aquel ejército podía soportar. La batalla estaba perdida y con ella las tierras inguinales.
Pero hete aquí que en el momento de mayor gravedad, cuando los combatientes caían  por millares y toda esperanza era vana, Fray Alosebo no quiso dejar a su pueblo a merced de esos demonios y repentinamente en el cielo brillo una luz potentísima y en medio de aquella luminiscente bola de fuego se podía adivinar la figura de la cruz de Fray Alosebo mientras en el cielo se dibujaban las palabras “In Hoc Signo Vinces” y un rayo surgió de aquella cruz bañando completamente a uno de aquellos silentes y trocando su parda túnica por una de vivos colores. Es por esto porque supimos quien era el limosnero.
Aún redoblados los ánimos ante tamaño prodigio, la victoria no estaba cerca, los silentes atacaron con celo al verse su jefe revelado y nuestro ejército empequeñecido ante la marea espectral no alcanzaba a darle muerte. Cuando ya todo parecía perdido y a punto estaba de entregarle mi alma a Fray Alosebo, apareció de nadie sabe donde un caballero portando un pendón desconocido, en el únicamente se mostraba una solitaria ortiga y avanzó atravesando filas y filas de silentes como si allí no hubiera nada ya que estos caían a su paso como fulminados por rayo vengador. Finalmente dio alcance al malvado limosnero y con un certero golpe cercenó su cabeza, hubo una explosión de luz y oscuridad a un tiempo, nadie sabe que sucedió entonces pero lo cierto es que el caballero ortigado desapareció así como también lo hizo el limosnero.
Sus tropas libres de su cruel yugo cayeron como muñecos rotos para no volver a levantarse y los jenízaros viéndose en minoría y con la batalla perdida huyeron en busca de la seguridad del sultanato.
Quien era ese caballero, nadie lo sabe, lo único que se sabe que no era oriundo de tierras inguinales, unos dicen que vino de mas allá del muro, otros que mas allá del mar mercado, otros que salido del paramo. Yo no lo sé. Pero me mi corazón me dice que este caballero no era otro que Fray Alosebo hecho carne que vino a ayudar a su pueblo en su momento de mayor necesidad.
Y aquí acaba el relato de esta dura batalla donde perecieron miles de jóvenes inguinales pero su sacrificio no fue vano ya que gracias a ellos se conservó la libertad de la península y también se ganaron los terrenos que antes se conocían como Darklands.    

viernes, 25 de diciembre de 2015

Diario de misiones Ko (III)


20 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo de Padua

El caos reina en Koland.

Hoy teníamos previsto alcanzar las faldas de las montañas koñeras pero anoche sucedieron varias cosas que hacen que tengamos que cambiar drásticamente de rumbo.
Estábamos acampados en un clavero del paramo, adecuadamente refugiados para pasar la noche, el campamento estaba completamente montado y habíamos rodeado su perímetro con estatuillas de la mujer búho. Como todo el mundo sabe esta diosecilla lar del sultanato de peñarroya es lo que más asusta a las bestias sodomiformes ya que temen su mortífera acción capadora y así rodear el perímetro de estas estatuillas es la mejor manera de mantener alejados a estos monstruos. Pues bien, cuando habíamos terminado de rezar nuestras oraciones y nos disponíamos a entregarnos a un sueño reparador oímos ruidos cerca del campamento, suponiendo que los monstruos que aquí habitan habían logrado superar su atávico miedo a la diosecilla peñarroyil nos dispusimos a defendernos y a vender caros nuestros accesos traseros, pero no fue necesario.
Lo que avanzaba por el sendero no eran monstruosos sodomiformes si no mi fiel indiano, seguido de las huestes que habíamos dejado en koland, en sus manos, como un despojo informe llevaba una camiseta manchada de sangre.
La historia que contó era terrible.

La historia que contó el indiano

“Cuando vos partisteis, sucedió lo impensable. Los ancianos koñeros siguieron corrompiendo a los jóvenes ko, les insinuaban que perderían su fuerza, los alentaban a recuperar las viejas costumbres, los indisponían contra nosotros. Así pues, poco a poco el ambiente se fue enrareciendo, nuestros hombres ya no podían alejarse demasiado de la cueva real. Varios pequeños picaros recibieron palizas por salir solos y derribaron la imagen de nuestra señora de los remedios sustituyéndola por la de su bárbara diosa y ante ella realizaron un sacrificio de un alope adulto.
Así las cosas, solicité al príncipe koñero que le hablara a su pueblo, que lo recondujera por el buen camino, que intentara apacentar a sus salvajes, pero no sirvió de nada. La gente comenzó a llamarle “El príncipe oxfordsebita” primero entre susurros, pronto abiertamente. Según supe después había una serpiente entre nosotros, maese gafas, el que ud, en su infinita bondad y misericordia, había creído como mas adepto a nuestra causa por poseer, rudimentarios conocimientos de escritura y haber superado un curso de verano en oxfordseb, no era si no el cabecilla de la rebelión, él era el que estaba emponzoñando las mentes y espíritus de los salvajes.
La cosa empezó a ponerse fea, y a mis oídos llegó de, este al que creía nuestro amigo, la noticia de que los nobles estaban conjurándose en cruel chicana para ejecutarnos a todos y que luego, cuando Ud regresara lo tomarían preso, le afeitarían la zona inguinal y lo sacrificarían ante la diosa Tupri. Por tanto, poniendo en práctica lo aprendido en oxfordseb y en las duras calles del pueblo donde nací decidí actuar primero. Invité a los prebostes y primeras figuras de los salvajes a una cena de reconciliación entre los pueblos y  alianza de civilizaciones y cuando todos estaban dentro dando buena cuenta del banquete, cerramos las puertas y como en la fiesta nupcial de Ulises segamos las vidas de aquellos que creíamos traidores.
A la postre, creo que fue un error. El pueblo, al enterarse de la pérdida de sus nobles se enfureció y aprovechándose de la circunstancia, maese gafas dio un paso al frente y trocó de amigo a enemigo liderando la revuelta. Intentamos que el príncipe koñero saliera a calmar a su pueblo pero maese gafas había hecho bien sus deberes, ante el pueblo había presentado al príncipe como un enemigo de ko, un bautizado lo llamaba y el pueblo no quiso escuchar sus palabras, muy al contrario le lanzaban piedras y otros objetos, con tal furia que tuvimos que correr a refugiarnos en el interior de la cueva. La mala fortuna hizo que uno de sus proyectiles le alcanzara la cabeza al príncipe y en unas horas su espíritu abandonó su cuerpo con una oración a Fray Alosebo.
Maese gafas, inasequible al desaliento, continuaba con su labor de zapa, ahora decía habíamos ejecutado a su líder por negarse a convertirse a la religión verdadera y si ya el pueblo ko estaba enfadado ahora era odio lo que anidaba en sus corazones.
Era cuestión de tiempo que la turba asaltara la cueva real y nos asesinaran a todos, por tanto tome la única decisión posible en tan triste momento. Aprovechar la noche para huir de Koland e intentar reunirme con Vos en el paramo. Y así lo hicimos.
Esa misma noche, en silencio abandonamos la cueva real y nos dirigimos por las polvorientas calles de koland hacia el paramo de la casi segura aniquilación, todo parecía ir bien y a punto estuvimos de lograrlo, pero la mala fortuna se cruzó de nuevo en el camino alosebita. Una anciana parece ser que de oído fino, oyó algo y despertó, no pudiendo volver a conciliar el sueño asomose a la ventana para averiguar el origen del ruido o quizás solo para observar la luna, el hecho es que al asomarse a la ventana nos vio. Inmediatamente prorrumpió en bestiales gritos de alarma, “huyen, huyen los alosebitas, acabemos con ellos”. Aquellos bestiales alaridos salidos de una impía garganta mas parecían los aullidos de los perros del infierno que los de anciana de la raza humana.
Los koñeros salieron de todos lados como quien pisa un hormiguero y se desató el caos, entre los pequeños picaros, corrimos con todas nuestras fuerzas por nuestra vida y pronto veíamos ya las lindes del paramo donde hallaríamos nuestra salvación. Parecía que finalmente lograríamos nuestro objetivo pero nuevamente la fortuna volvió a mirar hacia otro lado.
A mi vera corría Konoplyanka, veloz como un gamo y ágil como un conejo, pero la desgracia interpuso un pequeño obstáculo ante él y quebrándose como una hoja seca cayó al suelo quedando tendido ante la turbamulta koñera que se acercaba. Me apresté a darle inmediato auxilio y posicionándome a su lado nos arroyó la marea salvaje. Luchaban como demonios, pude abatir a varios pero por cada uno que caía otros dos ocupaban su lugar, la batalla se prolongó, la fiereza de los hombres ko no cejaba, hasta algunos expulsaban espumarajos por la boca como si se tratara de perros rabiosos. Varias de aquellas bestias cayeron sobre konoplyanka y acudí presto en su ayuda, pero los koñeros eran cientos, si no miles y debieron de atizarme algún golpe por la espalda pues no recuerdo más de aquella escena. Me debieron dar por muerto, ya que me desperté entre cadáveres ko, pero de konoplyanka no quedaba más que su camiseta ensangrentada. Al menos y a tenor del número de cadáveres vendió cara su vida, imagino que se llevarían el cuerpo inane para devorarlo y adquirir así su fuerza, pues esas son sus inhumanas costumbres. Recogí los restos del compañero caído y partí al paramo en busca del resto de supervivientes y a tu propio encuentro.”

21 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo de Padua

Hoy he enviado un cuervo a Roma, la situación en koland no aconseja el retorno a esas tierras de momento. Además según ha llegado a mis oídos que los siete reinos están en peligro.
Los alopes han pisado suelo inguinal y han sometido las musclelands poniendo allí a un títere por gobernante, hacen de él lo que quieren, según cuentan las orgias depilatorias están arrasando toda la zona. Por otra parte el dux de la republica manguarense ha caído enfermo de pesar después de que su amado efebo café con leche se fugara en los brazos de un radical. Almacenes manguara permanece cerrado y el primer manguaro no abandona la residencia ducal, según cuentan siquiera puede levantarse de la cama, tal es el alcance de su tristeza. Los alosebitas radicales han caído en el vicio de las xipas, su capital se ha convertido en un negro agujero que rezuma corrupción y fluidos a partes iguales, se ha convertido en una ciudad sin ley donde todo se resuelve a base de mamporros seguidos por violaciones a prostitutas, este mal se ha extendido hacia las tierras alosebitas legitimistas y ha envenenado el espíritu oxfordsebita, cuentan que Don Paolo libre del freno que suponía mi benigna influencia ha abrazado esta forma de vida radical y permite que los bares de xipas hayan proliferado en la zona, cuentan incluso, que se le ha llegado a ver disfrazado de xipa esperando que algún alumno se enzarzara en violenta pelea y cuyo final fuera visitar las zonas inexploradas de su italiana anatomía. Ni que decir tiene que el nivel de la escuela está bajando y que las donaciones que antes fluían como ríos de cauce ilimitado ahora no son más que arroyuelos secos de mínimo cauce.
De los gitanos nada se sabe pero con los zíngaros siempre tienes que estar atento pues a la mínima debilidad acaban contigo.
Todo esto le he contado al santo padre en la misiva. Ahora quedo a la espera de su respuesta que Fray Alosebo quiera que no llegue demasiado tarde.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

FOLKORE KO: EL CANTAR DE LA MIA PRIMA (III)


Según cuentan los ancianos ko, Tu Prima encabezó un verdadera revolución liberadora contra la dominación alope.

En principio dicha revolución fue seguida con entusiasmo en los Siete Reinos,  pero como veremos en próximas entregas, "Si quieres conocer a manolillo, dale un carguillo"....Pero eso será materia para las próximas entregas....

De momento, aquí transcribo la tercera parte del Cantar de la Mia Prima, que narra los primeros momentos de la rebelión koñera:


Nuestra dama fue apresada
Por la calva soldadesca
Mas el pueblo, que la amaba
Decidió formar la gresca

A sangre y fuego lucharon
En peluda turbamulta
Y a Tu Prima liberaron
Y la dejaron oculta

Se negó a ser una esclava
Nuestra prima, que era fiera
Y regaló su guayaba
A todo aquel que quisiera           

Escapó de su escondrijo
Sacó su melena al aire
Se mostró por donde quiso
Con erótico donaire

La siguieron muchos miles
En hirsuta comandilla
Felices, libres, febriles
Tiraron sus maquinillas

Yació con mil de sus primos
Pues prima de todos era
Y los unió con el ritmo
Sabrosón de sus caderas

(estribillo)

Que mueran los reyes calvos
Que muera la monarquía
Que se cante en todo el Reino,

Dobe hay pelo hay alegría.

Gafas, El Escriba.

martes, 22 de diciembre de 2015

CRÓNICAS DE LOS VIAJES DE MANGUO DE BIGOT. PARTE III


Señor escribano, valoro en gran medida su ardua labor, permítame que le haga traer una suripanta para que alivie su caligráfica labor... Mangui!! haz traer una barragana para este hombre, o prefiere un efebo, maese escribano?... En cualquier caso tome buena nota de lo que voy a contar, pués es un pasaje de gran relevancia.

...La guardia real formó una cadena para contener a la población y proteger a la familia real y sus minístros álopes. Skulltatoo reía desafiante en la escalinata mientras daba los últimos retoques con su gillete azul al escroto de otro muchacho, de otro procesionario.

Pronto la multitud colérica rompió el cordón de seguridad y fueron pasando a cuchillo a todo filoálope que encontraba, nos desataron y pudimo incorporarnos a nuestra cita con la historia de Manguara, no sin antes hacernos toda clase de moños, trenzas y recogidos en nuestras melenas escrotales.

Los felones Barbilampignos y los álopes más influyentes se refugiaron en el palacio real, otros de aquellos seres no tuvieron tanta suerte, por encontrarse en otras zonas de Manguara. Durante tres días con sus noches se peinó cada rincón de la metrópolis glándica en busca de álopes; los que se capturaban eran torturados por la turba, que les ponía pelucas y melenas escrotales y los hacía bailar con ellas antes de degollarlos y lanzar sus cuerpos al mar. Los integrantes del ballet de Georgio Aresu fueron sodomizados hasta el alba después de ser encerrados en cobertizos. Aquellas escenas dantescas nunca podrán borrarse de la mente de los manguarenses de mi generación, levantarnos con pesadillas en la noche es el pagó a cambio de dar un golpe de timón a la historia, y también el recuerdo cálido y húmedo de aquellos cobertizos...

Recuerdo también a los gitanos glutanáticos pelearse por urgar en los bolsillos de los cadáveres álopes en busca de defensas, mediocentros o cualquier otra cosa alineable. Os recuerdo que entonces teníamos permitida la venta ambulante en Manguara que como sabeis luego se prohibió, en nuestra política proteccionista con el comercio de proximidad, y en base a los protocolos de la federación de comercio interinguinal de Manguara "Manguara´s Trade Interinguinal Federation".

Después de esto vino el asedio al Palacio Real. Con catapultas se lanzaban los cadáveres de los álopes capturados al interior del castillo, se hizo una colecta de pelo entre la población, y usando los mismos ingenios de asedio se les lanzaba titánicas bolas de pelo. Se escuchaban los alaridos de los álopes en la noche, gritos secos y rudos como los de una alimaña atrapada en un cepo.

Se les cortaron las vías de entrada de suministros; sabíamos que los álopes podían sustentarse al menos un tiempo succionandose unos a otros las sales epidérmicas del escroto, pero no fue necesario llegar a tal extremo ya que la guardia real comenzó a desertar en masa y a sumarse a la revuelta, ya estábamos dentro, la victoria estaba cantada...

Cuando entramos en el palacio, muchos manguarenses de bien fueron directos a los almacenes, a quemar todas las larvas de álope y erradicar aquella aberrante forma de vida de las tierras del glande, pero los procesionantes teníamos otro objetivo, aquel ser coproforme llamado skulltatoo...


Cuando llegamos a los aposentos de los barbilampignos no estaban con ellos, miramos al embarcadero real y vimos un balandro alejarse con los diez o doce álopes que lograron sobrevivir... lo siguiente que recuerdo es llevar a los barbilampignos a la plaza mayor donde se habían montado dos guillotinas. En unos segundos sus traidoras vidas pasarían a ser un vulgar y desgraciado antecente en la gloriosa historia de la República de Mercaderes Libres de Manguara.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Diario de misiones Ko (II)


En tierra extraña

       10 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Llevamos dos días en las posesiones de mi archienemigo y he de decir que a pesar de su naturaleza bestial se está comportando con honor. Nos hemos alojado en la cueva real y dentro de los incivilizados baremos Ko nos aportan los enseres y vituallas dignos de un rey. Excuso decir que en una civilizada manguaropolis o en oxfordseb no sería suficiente ni para cuidar a un perro.
He prohibido a mis muchachos el tomar los hábitos y costumbres Ko, son fuertes de cuerpo y valor pero débiles ante las tentaciones salvajes de las que hacen gala los hombres bestia que aquí viven. Por el contrario, en mi papel de líder civilizador y en aras de que el mensaje de fray Alosebo cale hondo en las mentes de los lugareños yo intento mimetizarme con el ambiente. Así todas las mañanas corro semidesnudo por los campos con otros muchachos del lugar y he yacido en numerosas ocasiones con las más bellas campesinas que hacen cola ante la puerta de la gruta real. Tan grande es mi amor por Fray Alosebo que no dudo un instante en sacrificarme para que el mensaje llegue a los corazones de los salvajes.

Halilovic ha pasado la noche llorando.

 12 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Mis chavales se han aclimatado bien a la dureza de la vida Ko. Comen su ración de carne cruda junto a otros muchachos de la zona y han participado en dos partidas de caza alopes, con resultados satisfactorios, también participan de los juegos rituales y yacen con quien quieren, todo se lo permito como pago por su lealtad, únicamente les he prohibido usar los atuendos tradicionales y deben asistir a las jornadas de catequesis que todos los días tenemos en koland.
Esta tarde hemos derribado los ídolos que los salvajes en su ignorancia adoraban en las cuevas sagradas, horrendas e impúdicas imágenes que reparten por doquier de Tupri, falso ídolo al que adoran como diosa y fundadora de su pueblo, las imágenes han sido sustituidas por advocaciones marianas, en el altar mayor hemos colocado una imagen de nuestra señora de los Remedios. Al principio los salvajes han dado por bueno este cambio, extrañándose únicamente de que las imágenes se representaran vestidas, solo un pequeño grupo de ancianos parece mostrarse contrario a esta sustitución pero creo que podré controlar su animadversión.

Halilovic no quiere salir de la cueva, cuando le pregunto que por qué no va a jugar con sus amigos prorrumpe en sollozos histéricos.

 14 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Ayer prohibimos los sacrificios rituales de larvas de alope, al considerarlo una práctica impropia de personas civilizadas, también hemos prohibido la desnudez en público, reservando este habito para la esfera privada (Yo me he reservado el derecho a mantenerme semidesnudo por meras cuestiones prácticas. Hace mucho calor). Hemos decretado la obligación de cocinar la carne antes de comerla y las relaciones extraconyugales han sido tajantemente vetadas. Creo que el pueblo Ko agradece la impronta civilizadora que se le ofrece desde oxfordseb aunque hoy hemos visto reunido al consejo de ancianos y no parecían muy contentos.
Halilovic, lleva dos días sin dormir, está muy demacrado y no come nada. Permanece en postura fetal riendo y llorando como una histérica. Hoy he tenido que abofetearlo. No ha reaccionado solo me mira ausente como si no me conociera.


15 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Ayer le dieron una paliza a Keko.

Parece que una parte de la población no está entendiendo las correcciones que estamos haciendo a su bárbara forma de vida. Keko, que hace unos días fue ordenado en el seno de Fray Alosebo me pidió permiso para propalar la palabra por la ciudad koñera, parece ser que se alejó demasiado de la cueva real y unos gamberros le dieron una paliza al grito de “Maldito oxfordsebita” y “Estáis hundiendo nuestra civilización”.
He prohibido a mis muchachos que salgan solos de la cueva real y que se alejen demasiado de la zona. Parece que el ambiente ha crecido en hostilidad. Los ancianos han envenenado las mentes de los jóvenes diciéndoles que las nuevas costumbres los debilitan.
A Keko le he dado permiso para sembrar en otros campos y ha partido hacia el paramo, creo que quería ir hacia las darklands.

Hoy he encontrado a Halilovic frente a una pared dándose cabezazos contra ella mientras murmuraba incoherencias, cuando he conseguido pararle ya estaba sangrando. Creo que no se ha aclimatado a la dureza de estas tierras.


16 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Hoy me ha llegado un cuervo. Parece que Don Paolo ha tenido noticias de la ecuménica labor que estamos llevando a cabo y teme que si llega a oídos del santo padre unido a la desastrosa labor que está haciendo en Oxfordseb pueda ser destituido de su cargo. Ha enviado a Don Ramón de Narváez con un amplio contingente para predicar en estas tierras y así ganarse el favor de la curia.
Hemos decidido salir a su encuentro en el paramo, dejo a cargo del protectorado Ko a Keylor, mi fiel indiano, con la mitad de los pequeños picaros. Yo acabaré con la escoria de Don Ramón.

Finalmente he decidido llevarme a Halilovic conmigo. Ha estado todo el día muy taciturno y no quiere hablar conmigo, no come ni duerme, no para de repetir “Escaparé, escaparé de aquí de una forma u otra” Temo que pueda hacer una locura, lo llevaré a mi lado para vigilarlo.

 18 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Hoy hemos acabado con Don Ramón de Narváez

Estaba acampado en el paramo de la casi segura aniquilación y no esperaba que realizáramos el ataque durante la noche. Sabe que el pueblo Ko, supersticioso y atrasado, teme la oscuridad como a una vara verde y no esperaba el ataque.
La lucha ha sido cruenta y rápida, he luchado contra él y en una finta he conseguido acertarle con mi espada en su ojo izquierdo, al verse tuerto se ha sabido derrotado y ha caído a mis pies implorando clemencia, sus hombres al ver a su indigno jefe aullando por su vida se han rendido a las fuerzas alosebitas.
Las seguras promesas de gloria y poder han hecho que muchos de sus hombres se pasaran a nuestro bando, los que no lo han hecho se les ha permitido regresar a Oxfordseb para darle la incómoda nueva de su fracaso a Don Paolo.

Don Ramón ha sido atado a un grueso árbol desnudo y abandonado allí. Seguramente será pasto de las fieras sodomiformes que infestan estas ásperas tierras.
Ahora volveremos a las montañas Ko, espero que mi valiente indiano haya gestionado con habilidad la naciente hostilidad del pueblo Ko en mi ausencia.

 Halilovic ha desaparecido, lo perdí de vista cuando atacamos el campamento de Don Ramón, en ese momento temblaba como una hoja y tenía una palidez preocupante, parece que ha aprovechado la confusión para internarse en el paramo. Creo que finalmente la dureza de esta vida ha quebrado definitivamente su joven espíritu.

Esta noche rezaremos una oración por su alma

viernes, 11 de diciembre de 2015

Diario de misiones KO (I)

La noche triste




 
6 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Hoy Don Paolo me ha expulsado de Oxfordseb.

Llamándome al despacho me ha hecho entrega del documento de expulsión y me ha conminado al abandono inmediato de la institución y al destierro de todas las tierras alosebitas. He solicitado permiso para orar unos minutos en la capilla donde descansan los restos de nuestro patrón y se me ha concedido.
Oxfordseb esta extrañamente silencioso en esta triste noche.
En la capilla, arrodillado ante la imagen orante de Fray Alosebo he pedido perdón por mis graves pecados y he prometido al santo dedicar el tiempo que dure mi exilio a predicar la palabra de nuestro santo fraile por las salvajes tierras del Ko, aunque ello me cueste la vida.

Al salir de la capilla, preparado para abandonar el edificio y la tierra que me vio nacer, recojo mi triste maleta de piel de cerdo, es todo lo que se me permite llevar. Dentro, una muda limpia, el libro de los hechos de fray Alosebo y la copia manuscrita de la relación de los 7 reinos. Continuaré su traducción en mi injusto exilio.
Ya en la plaza de Feddal, hecho una última mirada al imponente edificio de Oxfordseb justo cuando las puertas se cierran de manera inmisericorde, el aldabonazo final a mi carrera como director del colegio. Ante mi paso, las puertas y postigos de las casas de la teocracia alosebita se cierran, nadie quiere que lo identifiquen como amigo de aloseb, de pronto de una puerta entreabierta escapa un niño de unos 5 o 6 años y corre hacia mi, quizás aún Don Paolo no haya corrompido todas las buenas almas del reino. Rápidamente, una mujer, sale del mismo portal y sin atreverse a acercarse le grita algo al niño, no oigo bien lo que dice solo entiendo retazos “Amigo de gitanos”, “Don Paolo”, “no lo mires”. El niño atemorizado ante lo que escucha prorrumpe en llanto y escapa veloz hacia su madre.

Prosigo mi camino

7 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Me encuentro cerca de la línea Maginot, después de ella, el paramo de la casi segura aniquilación y si logro cruzarlo, las verdes praderas Ko.
Anoche sucedió algo extraño, caminaba por el sendero de Banega cuando oí un fuerte griterío, quise acercarme a ver que sucedía por si una dama necesitaba de mi socorro, y me acerqué hurtadamente hasta el foco principal del griterío. Me aposté detrás de una pequeña arboleda y observé lo que parecía un aquelarre infernal. Con unas viejas caravanas habían formado un semicírculo y habían distribuido varios toneles en los que habían arrojado maderas u otros elementos combustibles que ardían en su interior, para calentarse en la fría noche supongo, en la clave del semicírculo estaba situado Don José, patriarca del pueblo zíngaro de glutanato, en torno al perímetro de se situaban hombres y mujeres de esa raza que bailaban como diablos y tocaban extraños instrumentos mientras que gritaban sin cesar “¡Aloseb, Aloseb!” provocando una cacofonía infernal. En el centro del pandemónium ardía una hoguera y junto a ella dos figuras desnudas se entrelazaban en una lucha sin cuartel. Hipnotizado por tan horrendo espectáculo no pude dejar de mirar, las voces de los danzantes elevaban su tono mientras la batalla que presenciaban se iba haciendo cada vez más violenta, durante un segundo una de las figuras elevó su cabeza mirando directamente hacia donde yo me ocultaba y prorrumpió en horrendas carcajadas.

Por azar o quizás por estar así calculado las voces se elevaron en blasfemo crescendo y en un fatal empujón, más parecido al que una bestia realiza al comenzar su andadura tirando de un pesado carro que al que haría un ser humano, la figura que ocupaba el lugar superior empezó a dar espasmos como si de un endemoniado se tratase y cayó inerte al suelo, un inopinado trueno resonó en ese momento en el cielo y las llamas de la hoguera se elevaron hasta el cielo como tomando formas humanas, pareciéndome ver en ellas a Don Paolo y a Don José. En ese momento no pudiendo soportar mi alma la visión de tan espeluznante mal volví al camino. Pero no sin antes haber reconocido a los dos luchadores eróticos, pues se trataban de la tuerta Anselma y de Sergio, manager de glutanato, a la sazón hija y protegido del patriarca Don José.

  8 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Hoy he llegado a la línea Maginot, y por primera vez en este desastroso viaje por la infamia he tenido una agradable sorpresa, en realidad dos.
Por un lado, en la misma línea maginot me esperaban los pequeños picaros de aloseb, habían escapado de oxfordseb la mañana siguiente a mi exilio ya que no concebían la vida en el colegio sin mi presencia. Los ojos se me han arrasado en lagrimas al ver tanta fidelidad por mi persona. Esto hará más fácil mi estancia en Koland.

Por otra parte en la misma línea maginot pero en territorio Ko esperaba una legación de guerreros, aunque al principio me ha extrañado ya que debido al paramo de casi segura aniquilación no suelen patrullar por la zona, pronto he comprendido que mi antiguo enemigo conocedor de mi débil situación los había enviado para acabar con mi vida, decidido pues a no caer en una muerte sin honor aferré mi espada y me abalancé sobre ellos con el antiguo grito de guerra alosebita aflorando a mis labios “¡Fray Alosebo y cierra oxfordseb!”, dispuesto estaba a no caer sin antes derramar tanta sangre koñera como lagrimas había derramado mi familia por mi destierro.
Pero estaba equivocado, hay mas honor en las tierras koñeras que el odio que fluye desde Italia hacia oxfordseb, los guerreros estaban esperándome por orden de su jefe tribal, mi archienemigo, pero lejos de querer causarme mal perseguían un noble objetivo, conducirme a salvo hasta las kolands utilizando caminos que solo este pueblo conoce, y una vez allí sería recibido con honores por su líder que me permitiría propalar la palabra de Fray Alosebo mientras restituía mi honor perdido y alfabetizaba a aquellas bestias con forma humana que se hacen llamar Koñeros.

Así pues, partí con ellos hacia las Ko

sábado, 5 de diciembre de 2015

FOLKLORE KO: EL CANTAR DE LA MIA PRIMA (II)




Estoy encontrando enormes dificultades a  la hora de transcribir al idioma Común el “Cantar de la Mía Prima” ya que el dialecto Ko en el que está originalmente compuesto no es una lengua creada precisamente para lo lírico.

En otro orden de cosas, resulta grato comprobar como “Tu Prima”, personaje a medio camino entre la leyenda y la realidad, se convirtió en una heroína ante los atropellos de los gobernantes  Alopes.  Sería interesante investigar las fuentes históricas sobre este inquietante personaje. Quizás otros estudiosos puedan completar la tarea.

Sorprende  que, para “El Cantar de la Mía Prima”, todas las casas gobernantes de los Siete Reinos estaban regidas por dinastías alopes, dato que podría ser coherente con algunos textos autobiográficos aparecidos en las últimas semanas y que trazan un punto de inflexión en la Historia de los Siete Reinos, el Decreto de Rasurado….
 

Sin más dilación, a continuación se transcribe la segunda parte del Cantar:


Estaban los reinos siete
Por alopes gobernados
Y  molaban los paquetes
Pelados y rasurados

Más no contentos con ello
Legislaron por decreto
“ninguna sombra de vello”
 “El rasurado, completo”

Por la noche, a hurtadillas
Al pueblo llano obligaron
Campeó la maquinilla
Y mil  pubis afeitaron

Más los cabellos, empero
De natural son tozudos
Y a poco que no haya acero
Retorna lo melenudo

Nuestra prima disfrutaba
De una frondosa melena
Arriba de su guayaba
Y afeitarla era una pena

Pensando en el atropello,
Y como  quedaría la cosa
Proclamó que el vello es Bello,
Y permaneció pilosa

Que mueran los reyes calvos ¡
Que muera la monaquía ¡
Que se cante en todo el Reino
“Dobe hay pelo hay alegría”

( Continuará )

Gafas, El Escriba.



jueves, 3 de diciembre de 2015

Republica de Mercaderes libres de Manguara


Según las antiguas leyendas manguarenses los primeros pobladores del reino llegaron de lejanas tierras allende el mar mercado, los actuales alopes, y en principio habitaron únicamente la Moustache island,  aunque posteriormente se trasladaron al continente ocupando la zona conocida como el glande.

Allí fundaron su primera ciudad llamada manguarapolis y la moustache island fue reservada para que las crías alopes salieran de su crisálida y se desarrollaran hasta que alcanzando la madurez se les cayera el bigote y pudieran trasladarse a Manguarapolis. De ahí el curioso nombre de esta isla.

Durante muchos siglos los alopes vivieron en paz con el resto de los habitantes de la península inglinal y poco a poco, Manguarapolis fue creciendo hasta florecer como una capital mercader de enorme riqueza. Por este motivo miles de familias acudían a la capital de manguara y su prosperidad no paraba de crecer.

Desgraciadamente, como nos advierten las divinas enseñanzas, la querencia de bienes materiales llama al orgullo y este llama directamente a las puertas del maligno, y así, este se presentó en la forma de Triplegem I, rey alope de manguara que llevado por el odio que esta raza siente por la capilosidad escrotal se creyó superior a los demás e impuso que todos los varones manguarenses mayores de 8 años quedaran debidamente afeitados hasta quedar “como la barba de Tamariz” un héroe de los mitos alopes famoso por su lampiña faz.

Esta proclama fue llevada a cabo por el senescal del monarca, un prometedor alope que apenas había emergido de su crisálida llamado skulltatoo y que estaba llamado a hacer grandes cosas en la sociedad alope según el decir de muchos.

Cuando se supo, gracias a un criado de la corte, de las intenciones del senescal, y que este tenía intención de llevar a cabo semejante atrocidad ni más ni menos que durante la procesión de la escoba escrotica colectiva, fiesta mayor del pueblo de manguara, las principales familias mercaderes se conjuraron para arrebatarle el poder político al monarca y expulsarlo de sus tierras y así unas semanas antes  de la festividad los principales patricios se reunieron en la mansión de los Bigot para, entre todos ellos, conjurar algún plan que acabara con tan enorme desprecio a las costumbres y usos manguarenses. Finalmente aquellos nobles mercaderes no lograron acordar una sola idea para evitar la tragedia ya que aunque se reunieron varias veces en el hogar de Sir Mangalon, no podían sino discutir por ver quién iba a pagar esta o aquesta cosa y preparativo que el posible plan podía necesitar. Y como muchas veces hemos visto en estas tierras finalmente no se llegó a conclusión alguna ni se trazo plan contra los alopes, quedando Sir Mangalon muy apenado ya que uno de sus hijos, a la sazón el menor, participaría en la procesión y quedaría sensiblemente mermado y humillado públicamente.

Pero como todas las cosas en este mundo, nuestro señor cuida de los hombres cuando estos no saben cuidarse solos y las cosas se resolverían de forma positiva para los intereses de manguara.

El día de los fastos con la capital engalanada y la avenida principal desnuda de todo obstáculo aparecieron los jóvenes en fila mostrando orgullosamente sus melenas escrotales y avanzaron por la avenida de Neymar hasta la misma puerta del palacio, una vez allí los jóvenes se volvieron hacia el publico y ejecutaron su danza pélvica que hacía que sus melenas escrotales ondearan formando hermosas figuras, ora un caballo, ora un bigote a medio muslo, ora un mapa orográfico de manguara, el pueblo extasiado rugía de gozo ante semejantes hazañas pilosa-pélvica. En ese momento se asomó la familia real al balcón y el pueblo calló para escuchar a su monarca de quien esperaban hubiera salido a la entrega de medallas, pero lejos de ser así, dio paso a la lectura del edicto alope que obligaba a todo varón manguarese al afeite de sus pudendas partes. La guardia alope salió entonces de los portales vecinos, donde habían estado ocultos y ante el asombrado gentío dio cumplida cuenta del arco bajo del primer joven, seguidamente de las puertas de palacio emergió skulltatoo maquinilla en ristre dispuesto a hacer cumplir el edicto, es en este punto cuando, según todos los historiadores la masa al ver comprometida su seguridad inglinal y al grito de “Nos lo llevan” en clara referencia a sus vellosidades inferiores avanzó como un solo hombre y convertida ya en turbamulta arrasó el palacio real.

 Miles de, hasta ese momento, dóciles mercaderes se convirtieron en sanguinarias bestias que solo perseguían la expulsión o muerte de la alta clase social alope. La familia real, sus ministros y la alta sociedad alope apenas pudieron escapar a tiempo, otros muchos alopes de raso rango también lograron escapar.

A esta revuelta, conocida posteriormente como El motín de skulltatoo, le siguieron 3 días de saqueos de la población donde cientos de alopes fueron asesinados y humillados pegándoles barbas y pelucas escrotales antes de ejecutarlos, la moustache island fue atacada y miles de crisálidas sin abrir fueron quemadas en sus costas o arrojadas al mar, finalmente el odio que anidaba en el corazón manguaro se fue aplacando y las principales familias se reunieron para establecer un nuevo orden social, así nació la republica de mercaderes libre de manguara.

Según las nuevas leyes, no habría rey ni poder absoluto ligado permanentemente a una línea familiar, por contra y al ser ellos mercaderes de devoción se elegiría a un dux o primer manguaro de entre aquellos que consiguieran mayores beneficios en los 5 años precedentes a su elección y seria precisamente ese tiempo el que pasaría de elección a elección y que se dejaría aconsejar por un senado formado por el resto de los mejores comerciantes.

El primer dux fue un miembro de la familia bigot, que posteriormente fundaría Almacenes manguara en los restos de lo que había sido el palacio real, un comercio al detalle de enorme éxito y que en los últimos años no ha parado de crecer manteniéndose la familia bigot como regentes del territorio.    

CRÓNICAS DE LOS VIAJES DE MANGUO DE BIGOT. PARTE II



Señor escribano, tome buena nota y si tiene que hacer una pausa para descansar o trabajar la baticao no dude en interrumpirme, es importante que toda la historia quede reflejada...

Entonces yo era joven, acababa de licenciarme en Oxfordseb y comenzaba a salir cada mañana con mi padre a atender los negocios familiares. El bueno de Mangalón, vuestro abuelo, se entregaba a la labor de presentarme a los cabezas de familia de las grandes dinastías burguesas de Manguara: los Moustache, los Baffi, los Schnurrbart ...) y enseñarme las nociones básicas que no se aprenden en Oxfordseb: sobornar a los agentes de aduanas, agilizar los trámites administrativos con prebendas y detalles y ser espléndidos en las aportaciones familiares a la corona. Porque como sabeis, en aquellos tiempos Manguara era uno de los siete reinos, cuyos designios estaban en manos de los Barbilampignos.

Aquel muchacho cuya pelusa facial, ni por asomo podría conformar los bigotes handlebar que vuestro anciano padre luce hoy, estaba más preocupado por montar señoras y salir de farra que por gestionar el tránsito marítimo de los containers cargados de futbolistas... No tenía la habilidad para los negocios de mis hermanos mayores, ni la ambición que siempre les ha guiado pero una llama empezaba a arder en mi pecho, el afán por conocer tierra remota, por descubrir mundos desconocidos y contactar con otros seres.

Aquel año desfilaría en la procesión de la escoba escrótica colectiva, donde los jóvenes una vez alcanzada la mayoría de edad desfilan por la avenida principal de Manguara con la mitad inferior de su cuerpo desnuda de solemnidad y en formación marcial, con las melenas escrotales totalmente lacias y estimuladas con ungüentos, crecepelos y afeites barren el pavimento en una suerte de rito iniciático. Llevaba la vida entera untándome con toda clase de productos, para estimular el crecimiento y el vigor piloso de mi bolsa escrotal, había conseguido lo que los viejos llaman una crin veteada, de una longitud y belleza que sin duda me harían merecedor de encabezar la comitiva y portar el sacro estandarte de mi promoción, pero algo se torció aquel año...

La tarde de los fastos de la mayoría de edad, la plaza mayor de Manguara era un auténtico hervidero humano, los músicos y trovadores amenizaban los bailes y la gente se preparaba para el acontecimiento más esperado del año. Después de hacer sonar las bocínas reales, salió al balcón principal de palacio la familia real Barbilampigna, con su corte de extranjeros mondos y pelones para anunciar algo importante.

El rey se colocó en primer término y se dirigió a los presentes para promulgar un Real Decreto Ley mediante el cual todo varón manguarense debía depilarse el escroto, pubis, perineo y aledaños hasta el mismísimo nacimiento del vello, sin que pudiese atisbarse en las zonas pudendas desnudas otro color que no fuera el carne, bajo pena de desterramiento o muerte.

Se abrieron los cuarteles de la guardia y nos apresaron a los procesionantes para atarnos a estacas clavadas alrededor de la plaza. Entonces bajó uno de aquellos extranjeros, uno de aquellos álopes inmundos, ese al que llaman skulltatoo, que por aquellos entonces no era otra cosa que un vulgar aprendiz de hechicero, un prestidigitador barato, un tahur de tres al cuarto. Venía armado con una maquina de afeitar eléctrica y una maquinilla azul, y se dirigió a la multitud describiendo una arcadia feliz donde todo humano le comería los huevos al prójimo y el rasurado estimularía esa sucia pulsión...

Los notables líderes de las familias blasfemaron, gritaron y tomaron la palabra, para exhortar a aquel sucio hombrecillo a no insultar a Manguara, el faro del continente inguinal, la reserva pilosa de occidente, cuna de la civilización con mayúsculas. Convertir a la gloria de Manguara en unos vulgares colibríes escrotales era indigno.

El álope cortó de un rasurado certero la melena escrotal de uno de los procesionarios, un compañero de Oxforseb al que nunca he vuelto a ver desde ese día, y súbitamente se incorporó con espasmódicos bailes a un grupo de peleles que danzaban al son de una musiquilla que escuchaba entonces por primera vez... La temida compañía danzante de Georgio Aresu...

Hijos de puta, grité con la fuerza de mis pulmones, sumándome a una multitud enfervorecida que sólo quería sangre...


Hijos míos aquella fue la primera vez que maté a un hombre, luego vendrían muchas otras...

miércoles, 2 de diciembre de 2015

FOLKLORE KO: EL CANTAR DE LA MÍA PRIMA (I)

El pueblo Ko es libre, trashumante, salvaje y caótico. 

Por ende, casi huelga señalar que la recopilación de sus tradiciones orales, coplas, sonetos, chascarrillos, jerigonzas, cuentos, fábulas y demás mierdas se antoja tarea de Hércules y precisa de un fiero combate  con la impaciencia y con la natural desconfianza de los hombres y mujeres ko ante cualquier pregunta que vaya más allá de lo mundano.

Quien les escribe pasó muchos años de su infancia y adolescencia fuera de las Tierras Ko, y para su desgracia  desconoce el amplio corpus cultural que nuestro gran  pueblo ha ido acumulando desde su creación, allá por los albores de la Historia de los Siete Reinos...

Si, amigos míos...En los albores de la Historia de Los Siete Reinos. Por más que las fuentes históricas  oficiales  señalen que la creación del Pueblo Ko dio comienzo con la Limosnera Emigración, causada por los dramáticos acontecimientos acaecidos en las hoy Dark Lands con motivo del llamado Casemiro-Gate, lo cierto es que para el Pueblo Ko es verdad inmutable que los primeros  pobladores de las Kolands, y por tanto fundadores de su colectivo, penetraron en las verdes montañas más allá del Páramo de la Casi Segura Aniquilación, cientos de años antes de lo que fija la Historiografía Oficial.

Y lo hicieron capitaneados por la mágica, legendaria, sublime, exótica y embriagadora figura de Tu Prima, bella y lujuriosa Dama de pilosísima vagina, quien condujo  a numerosos grupos de emigrados en pos de una nueva tierra, una nueva libertad.... Sepultados bajo las brumas de los siglos se encuentran muchos de los detalles de la historia - por ejemplo, no queda claro si la bella y pilosa dama era o no prima de alguien, o era un simple apelativo  erotico- festivo- pero lo cierto es que el Pueblo Ko, a la luz de la fogata, cuando más animada es la noche, entona una bella copla rememorando a su pasmosa fundadora, que ahora paso  a transcribir, en su primera parte:

Voy a narrar esta historia
Apoyándome en la rima
Y que siga en la memoria
El grande ko de tu prima

De la historia de otros reinos
No obtendréis la verdadera 
Pues tan sólo nuestro pueblo
Sabe la verdad coñera

Dirán, de una  migración
A causa del tesorero
Casemiro, el mondrigon
Y otros cantos torticeros

Más, entrando ya en harina,
la cosa es mucho más llana
Todo fue por la vagina
De una insigne prima hermana

Gafas, El Escriba. 

( Continuará...)