viernes, 7 de julio de 2017

El Vigilante del muro (VI)



Día 300
Todo ha terminado, los unatas han sido derrotados. Hace seis días que las puertas volvieron a abrirse, espero que por última vez. Las fuerzas de Skull tatoo salieron por ellas como una exhalación y se abalanzaron contra el ejército unata, debido a la sorpresa del ataque las filas unatas caían una detrás de otra como espigas de trigo maduro, pensé que la victoria sería fácil y que antes del mediodía plantaríamos nuestra bandera en la tienda del Díaz pero no fue así.

El avieso Díaz, sin duda conocedor de las puertas y de lo que de ellas podía salir, había dejado la vanguardia a lo más débil de su ejército, los puppets en la confianza de que pensáramos que la batalla seria cosa fácil. Los salvajes alopes al enfrentarse a esas criaturillas pensaron que la victoria se alcanzaría con facilidad y muchos de ellos se pararon a afeitarles los escrotos a los caídos. Desde mi elevada posición en el muro empecé a ver movimiento en un bosquecillo cercano, quise avisar a los alopes pero era tarde.

Repentinamente, de entre los árboles, apareció la impía enana a lomos de Chupacabra, su maligno pony y le seguía un destacamento de enanos de la chiva a cada cual más vil que el anterior, cayeron sobre los desprevenidos alopes y todo se convirtió en un baño de sangre. 

Skull tatoo dio la orden de soltar a los danzantes y aquello se convirtió en un pandemónium. El entrechocar de las armas, los histéricos gritos de los puppets, la sangre, los aullidos de los moribundos y sobre todo aquello los acordes de Don Diablo y los demoniacos danzantes.
El Díaz entonces movilizó al grueso de su ejército diabólico y miles de gitanos ataviados con su traje naranja de batalla se lanzaron sobre los alopes como un solo hombre. 

La batalla era encarnizada, los alopes que se habían quedado en el muro comenzaron a disparar una lluvia de flechas sobre el contingente de luchadores haciendo estragos en las filas enemigas pero también en los amigos, así es la fiereza alope que no conoce más amigo que aquel que le proporciona la victoria.

Dispararon hasta quedarse sin munición y entonces saltaron a tierra como feroces berserkers sin pensar más que en derramar la sangre enemiga. Skull fue el último en bajar y después lo hice yo.
Las defensas del muro estaban pensadas para repeler un ataque desde el otro lado del muro y eran inútiles en la batalla que se estaba librando y debíamos ganarla o la tierra inguinal seria destruida.
Skull luchaba como un demonio derribando a unatas por doquier pero a pesar de su ferocidad y la del resto de sus hombres el enemigo nos superaba en número pues eran cinco reinos aliados en la herejía unata. Yo sabía que solo habría una manera de volver a traer la paz a la península. Tenía que acabar con el Díaz

Acabe con un unata que parecía nervioso pues el peso de la decisión de usar maza o espada pareciase que lo estaba consumiendo y alce la vista, el Díaz había avanzado desde la retaguardia y estaba viéndoselas con dos alopes al tiempo. A pesar de su corazón negro he de reconocer que el Díaz es un inguinal de los pies a la cabeza y estaba dando buena cuenta de ellos. Corrí, en la esperanza de alcanzar al Díaz antes de que acabara su sangrienta danza y abatirlo, eso podría acabar con la moral del ejército y darnos la victoria que tanto necesitábamos
.
Pero antes de que lograra alcanzarlo el Díaz acabó con el último de los alopes que le rodeaban y miró en mi dirección, se me heló la sangre en las venas, mirarle a los ojos fue como asomarme a un abismo, allí solo había muerte y vacío.

Aun así trabé combate, en parte porque la inguinalidad corría peligro de muerte y en parte porque ya estaba corriendo hacia él y no me daba tiempo a frenar. Las espadas chillaron al entrar en contacto y el Díaz comenzó de nuevo su macabra danza de muerte, me defendí como pude y honradamente creo que con pasmosa habilidad pues el Díaz no podía romper mi guardia por más que lo intentara aunque ciertamente yo me limitaba a defenderme y sabía que el tiempo jugaba en mi contra. Pero la suerte que había acompañado al días hasta ese momento le abandonó y resbaló en la sangre de uno de los alopes que había matado, cayó de bruces y quedose a mi merced.

Alcé mi espada y me dispuse a darle muerte en el acto, pero cuando me encontraba enfrascado en tan noble propósito se oyó un chillido espantoso que resonó por todo el campo de batalla y sobre mi cayó, con toda su furia, la diablesa tuerta que siempre acompaña al Díaz. Aun así creo que logré herirle antes de caer al suelo con la demoniaca Anselma intentando hacerme trizas con sus garras, la fuerza de aquel demonio era enorme, aumentada además por el miedo de ver morir a su amado Díaz. En ese momento creí que iba a morir, la Anselma había logrado situarse encima de mí y su único ojo brillaba inyectado en sangre, alzó sus putrefactas garras dispuesta a degollarme y yo encomendé mi alma a Fray Alosebo

Creo que eso fue lo que me salvó, en el momento en que el succubo bajaba su mortífera garra apareció de la nada una mano salvadora que frenó el golpe, la mano brillaba como con luz propia y de donde la mano agarraba el brazo de la Anselma salía como un humo impío, la Anselma chillaba como un cerdo agonizante y de un violento salto se apartó de la figura salvadora, agarró al Díaz y desapareció entre la multitud de luchadores.

Miré hacia arriba por averiguar la identidad de mi salvador y vi a un hombre, con el hábito del santo monje oxfordsebita que irradiaba una enorme paz, me miró y me dijo que estuviera tranquilo, después de eso desenvainó una espada flamígera similar a la que imagino sacara el Arcángel San Miguel cuando nos expulsó del paraíso y se dirigió a las filas unatas. En ese momento me desmayé a causa de mis heridas.

Cuando desperté todo había acabado, los alopes estaban acabando con los últimos focos de resistencia unata y afeitaban los escrotos de los caídos para hacerse insignias, pendones y banderolas.
Skull me dijo que una vez los unatas vieron que su jefe había caído se inundaron sus corazones de miedo y estalló el caos, muchos huían, otros aun presentaban batalla pero la desorganización era total y los alopes viéndose victoriosos los aplastaron con facilidad.
Habíamos vencido

Día 307
Hoy los alopes se retiran hacia el interior de su nueva tierra, nuestra antigua península. Skull me ha dicho que cazaran a los unatas huidos como a perros sarnosos y que no volverán a representar un peligro para los pilosos. 

También le pregunté por la figura que salvó mi vida ya que entre los salvajes alopes un monje debe de llamar mucho la atención y más con una espada como esa pero Skull me ha dicho que en sus filas no existe nadie así y que no vio a nadie de esa guisa durante la batalla.
Estoy convencido que se trataba del propio Fray Alosebo que vino a ayudar a su pueblo en su hora de más desesperada necesidad.

Skull y yo nos hemos despedido como aliados pero la próxima vez que nos encontremos será como enemigos.

Día 331
Hoy ha venido un carretero con víveres de Nuevo Oxfordseb, me ha contado que las obras de construcción del colegio van viento en popa, que han aprovechado unas ruinas que allí se hallaban y que esperan que el colegio este operativo para el próximo curso. Que el pueblo libre de Koland ha refundado su civilización en unas cuevas más allá del páramo y lo mismo han hecho los tísicos, los enanos, los puppets y hasta un pequeño clan gitano, que no quiso seguir los senderos del unatismo, ha fundado un nuevo campamento por lo visto le llaman campamento campamento campamento, agregan un campamento cada vez que lo mudan de sitio. Claus el bandolero sigue en los montes con su partida y entendemos que en breve volverá a hacer de las suyas con sus secuestros y pillaje en general.

Parece que la normalidad está volviendo a la península

Día 351
Hace días que veo pasar en la noche a los pocos unatas que han sobrevivido a la cacería alope, esperan a la noche para atravesar el muro, creen que no los veo pero si lo hago. No los detengo porque creo que todos podemos equivocarnos y la tierra inguinal debe acoger a todos sin excepción. Además ya no creo que representen peligro alguno.

Día 378
Hoy le he preguntado al carretero que cuando piensa que me enviaran un reemplazo. Dice que no está seguro pero que cree que pronto.

Día 396
Esta noche ha cruzado el muro la enana, iba en brazos de puperko. A pesar de su evidente malignidad he decidido no detenerlo, quizás sea bueno que se refunde el simpli y el dungeon, al menos están cerca del muro y desde aquí podría hacer una escapada en tanto llega el cambio de guardia

Día 432
Todos los reinos se han refundado con mayor o menor fortuna, todos menos uno. El dux de la Republica de mercaderes libres de manguara sigue sin dar señales de vida, algunos dicen que se encuentra en territorio alope, que se ha convertido en uno de ellos y que las noches de luna llena sale a cazar con Skull completamente afeitado., otros dicen que el días lo mató durante una horrible orgia de semen y sangre y otros que intentó cruzar las darklands sin el collar de 40 manguaravedies y que ahora vaga por las cercanías de la torre del limosnero siguiendo a aquel en triste compaña. Sea como fuere los manguarenses supervivientes parece que se arremolinaron en torno a la única figura de sangre ducal viva esto es el hijo del finado mangualon o lo que es lo mismo de Mangui. Este, dentro de sus escasas posibilidades ha organizado un remedo de sociedad en las tierras manguarenses donde solo reina la pobreza y la ignorancia y, según me cuentan, también la violencia desde que tomó como valido a otro discapacitado de triste recuerdo para Oxfordseb que responde al nombre de Sebito.

Día 511
Esta noche han cruzado el muro los dos últimos peregrinos unatas, un hombre y una mujer, no se quiénes eran pero al alejarse del muro, una vez cruzado, la mujer se ha vuelto y en la distancia he podido ver el maliciosos brillo de su único ojo.
Me he ocultado en la pajería y no he salido hasta la mañana

Día 857
Hoy he recibido un cuervo de Nuevo Oxfordseb, que todavía no pueden enviarme reemplazo pero que sea paciente, que no se olvidan y que en cuanto puedan me envían a alguien. Que no abandone la vigilancia

Día 936
Hoy he terminado de montar las defensas en el lado opuesto del que estaban hasta ahora.

Me doy la vuelta. Sigo vigilante, los alopes pueden aparecer en cualquier momento

miércoles, 5 de julio de 2017

El Vigilante del muro (V)



Día 289
Hoy se ha acercado al muro una delegación alope, venían con bandera blanca por lo que no les he disparado al acercarse. Han solicitado permiso para que su jefe, Skull Tatoo suba al muro a parlamentar, imagino que querrá convencerme de las ventajas de presentar mi rendición, no lo voy a hacer, que suba si quiere pero no me convertirá en uno de sus danzantes, moriré como un caballero inguinal, velludo y no alope.

Día 291
Ayer tuve una larga conversación con Skull tattoo, hay mucho en lo que pensar. Si fuera verdad lo que me contó aún podemos salvar la península.

Día 292
Los unatas han comenzado a moverse, es probable que en dos o tres días comience el ataque, tengo que tomar una decisión. Los alopes esperan al otro lado del muro.

Día 293
He decidido dejar que los alopes suban aquí y me ayuden a defender el muro. Sé que es una decisión que no se entenderá por las generaciones futuras. Alopes en el muro es un sacrilegio de tal magnitud que hasta el Díaz se ha santiguado al verlo. La historia me juzgará como traidor a Oxfordseb, a sus valores y a toda la inguinalidad, es por ello que quiero transcribir en este diario la conversación que tuve con Skull, de esa manera, si este diario me sobrevive es posible que los que vengan detrás mío me juzguen con mayor benevolencia.

“A la mañana del día 290 de mi vigilancia en el muro el chamán alope conocido como Skull tattoo solicitó permiso para reunirse conmigo en el muro y le fue concedido. Llegó muy temprano, solo y desarmado como se había pactado. Su calva brillaba reluciente en el sol de la mañana, llevaba la barba aceitada y brillaban sus tatuajes de calaveras, cientos de ellos por todo su cuerpo, una calavera por cada 1.000 escrotos afeitados. Nos sentamos y le pregunté qué quería, si era la rendición nuestra conversación duraría poco, pero no era eso….

- Como sin duda conoces debido a tu completa formación oxfordsebita el muro no se construyó únicamente para la defensa de la península inguinal contra los alopes y hemos acudido para darle al muro y sus puertas la función que originalmente tenían por lo que vengo aquí a solicitarte, como hermano juramentado del muro, que permitas a mi pueblo…
En este punto Skull debió fijarse en mi cara de extrañeza y paró su discurso, que indudablemente llevaba ensayado.

- Quizás debieras haber prestado más atención a las clases de geografía inguinal y civilización alope- me espetó

- Es que, yo estudié en los tiempos de Don Paolo y ya sabe que estaba más interesado en visitar los orfelinatos que en el programa escolar y además las clases de civilización alope eran optativas y yo cogí pajería avanzada, que era una maría en esos tiempos.
En fin- Dijo Skull mientras se dejaba caer en un desportillado sillón de la pajería – me temo que tendré que empezar por el principio.

Lo que conocéis como península inguinal, no tiene de península más que el nombre, en realidad se trata de una ínsula. 

Una isla dividida en dos por el muro y con las dos mitades resultantes perfectamente simétricas y además exactas una a la otra. Cada accidente geográfico, rio, bosque, cordillera, cañón… tiene su duplicado exacto en el otro lado de la doble península. Actualmente los alopes vivimos en el lado sur del muro pero hace cientos de años vivíamos en el lado norte. – Si, si, ya conozco las historias de Manguo de Bigot y del clérigo ese al que adoráis –dijo Skull al ver que iba a intervenir – Todo mentiras, sé que cuentan que los alopes y pilosos vivían juntos y que los alopes os teníamos bajo nuestro yugo, que luego os rebelasteis y nos expulsasteis a este lado del muro y bla,bla,bla. Son todo infundios que inventaron entre el clérigo y el mercader uno para proporcionarse fama y el otro para evitar que la verdad fuera conocida pues la verdad a veces hace daño si se conoce completa.

Lo que pasó en realidad es que por aquellos tiempos los alopes vivíamos en la zona norte de la península mientras que los pilosos vivíais aquí, en aquel tiempo un alope iluminado surgió entre nosotros, era un loco que decía que alopes y pilosos éramos iguales, que el pelo no es más que una decisión y que para mostrar al mundo que rasurados o pilosos son lo mismo se negaba a afeitarse completamente la zona inguinal dejándose una especie de bigote escrotal, al principio no causó más que risa y era humillado y vilipendiado allá por donde pasaba pero poco a poco el mensaje fue calando, primero entre los jóvenes, que veían aquello como una oportunidad de ir más allá del muro, después entre los no tan jóvenes y al final casi todo el mundo se había unido a ese movimiento herético, pronto lo que había comenzado como un movimiento pacífico se tornó en una explosión de violencia, las aldeas que no se convertían ardían como teas en los caminos y todo aquel que no se unía al movimiento era asesinado sin piedad, el tatarabuelo de triplegem presentó batalla pero fue aniquilado y los bigotistas parecía que se harían con el control y acabarían con la civilización alope.

 Fue en ese momento cuando mi abuelo Skull el viejo trabó contacto con un hombre de más allá del muro, era un hombre íntegro un auténtico caballero inguinal, de etnia calefacción pero educado en Oxfordseb y que se contaba como uno de los padres fundadores de koland del sur, pues se dice que fue amante de tupri y de su semilla nacieron los primeros koñeros. Su nombre era Don José, patriarca del pueblo gitano.

Este hombre convenció al resto de pueblos inguinales pilosos pues sabía que los bigotistas no pararían al otro lado del muro si no que lo cruzarían y acabarían con todos ellos. El conocía la existencia de las puertas y su utilidad, pues se cuenta que ya participó en la construcción del muro en los albores del tiempo inguinal.

Su primera acción fue abrir las puertas que has visto y dejar pasar por ellas a los refugiados alopes que huían de los bigotistas y después reunió un ejército inguinal, nunca visto hasta entonces, atravesó esas mismas puertas y derrotó a los bigotistas aniquilándolos a todos.

Una vez hecho esto quisimos volver para reconstruir nuestras ciudades pero las puertas se negaban a abrirse, esto último parece que era conocido por tan magno personaje, y por eso como intendencia de su ejército llevaba a mujeres y niños y todas las pertenencias que pudieron cargar pues el sabía que las puertas solo se abrirían en caso de extrema necesidad permaneciendo cerradas mientras tanto.

El peligro había pasado pero alopes y pilosos habían intercambiado posiciones, Don José en ese momento le dijo a mi abuelo “Todo esto ya ha pasado y volverá a pasar” mi abuelo no entendió que quería decir Don José, pero yo creo que antes de esa vez alopes e inguinales han intercambiado sus lados.

Después de eso manguarenses, oxfordsebitas, koñeros, gitanos, enanos, tisicos, puppets…todos los pueblos refundaron sus ciudades aprovechando la simetría de la ínsula intentando levantar las mismas ciudades que habían perdido y continuaron con sus vidas.
Hasta ahora

Nuevamente el peligro acecha a la península, nuevamente una herejía se cierne sobre nuestros pueblos y esta vez los alopes, olvidando nuestras diferencias, acudimos al muro a ayudar a los pilosos contra la marea unata y devolvemos el favor a Don José.

Esta es la historia que Skull tattoo chaman y regente de los alopes me contó y yo juzgo cierta y es por ello por lo que he decidido a dejarles que presten su ayuda y podamos acabar con el Díaz y sus innumerables unatas.

Día 294
Los unatas han comenzado a moverse, me dirijo a las puertas, es hora de que vuelvan a abrirse

lunes, 3 de julio de 2017

El Vigilante del muro (IV)



Día 194
Los refugiados no dejan de aparecer, de día y de noche, es un goteo incesante. Les advierto de los peligros de más allá del muro pero no me hacen caso. Los alopes son enemigo preferible al Díaz y sus unatas. Cuentan cosas espantosas, el Díaz ha derogado todas las leyes inguinales y las ha sustituido por su lema personal, “Consenso o muerte”. En la práctica esto viene a significar que o estás de acuerdo con él, esto es en el consenso, o te eliminan.
Si alguien está sufriendo más que el pueblo inguinal estos son los cerdos ya que el castigo a los que se encuentran “fuera del consenso” es morir empalado por un chorizo. Las granjas se encuentran casi vacías de marranos, las matanzas son diarias, ya ni se espera a San Martin

Día 251
Hace mucho que no escribo pero los acontecimientos se han precipitado, si en mi último escrito en el diario indicaba que el goteo de refugiados no paraba de crecer, al poco tiempo ese goteo se transformó en rio. Tal era la afluencia de refugiados que pronto no pude pasarlos a todos y empezaron a acampar en los aledaños del muro esperando su turno. En unas semanas se contaban por miles, en un mes eran cientos de miles. El Díaz infundía verdadero pavor en los corazones inguinales.
Pronto, en el campo de refugiados empezaron a cometerse crímenes, el hacinamiento, el hambre, el miedo a que llegaran los unatas convertía a los hombres en monstruos. Asesinatos, violaciones, intercambios del lugar en la cola por comida o sexo, pronto eso se convirtió en moneda común en el campamento. Incluso se empezó a hablar de asesinarme pues consideraban que era demasiado lento transportando inguinales muro arriba y muro abajo. Después del primer intento de asesinato tuve que actuar.
Estuve toda la noche rezando a Fray Alosebo, que me iluminara con su sabiduría y que salvara a los inguinales de dejar el muro desguarnecido si la consecuencia del malestar de los refugiados redundaba en mi asesinato. Esa noche soñé con la puerta, Fray Alosebo me decía que debía abrirla que para eso se construyó que dejara pasar a su pueblo y que luego debería cerrarla.
No entiendo nada, ¿El propósito de la puerta era que cientos de miles de inguinales, si no millones, pasaran a territorio alope? Daba igual, la palabra de Fray Alosebo es Ley y además de no hacerlo me iban a matar.
Bajé a la cámara que se encontraba detrás de la puerta, en el interior del muro, dos puertas una a cada lado del muro. Parecían antiguas, como parte del mismo muro, las abrí y me dirigí hacia los refugiados, tardaron tres días en pasar, se internaron en territorio alope y no miraron atrás. 

Día 260
Los alopes han aparecido, no tengo tiempo para escribir más he de preparar las defensas

Día 262
Hace tres días me desperté en mitad de la noche, retumbaba la pajería bajo los sones de Don Diablo, me asomé a las almenas y los vi, los malditos danzantes estaban abajo. Don Diablo retumbaba en mi cabeza impidiéndome pensar, quedé paralizado por el espanto. Había seis quizá siete de esos demonios, bailaban esa infernal música con hipnóticos movimientos, me llamaban, querían que entrara en la pajería me afeitara el escroto y bajara a unirme a las filas de skull tatoo. Y por fray Alosebo estuve a punto de hacerlo, me sorprendí con los calzoncillos bajados y la navaja en la mano, no sé qué me despertó de la ensoñación de los danzantes pero fue justo a tiempo, me subí los pantalones cogí mi arco y les disparé a aquellos monstruos que una vez fueron personas, la rabia me cegó y estuve un rato disparando, no sé si seguían allí o no, no sé si les herí o no, si los maté o no, solo oía “Don diablo se ha escapado, Tú no sabes la que ha armado Ten cuidado, yo lo digo por si…” Me derrumbé inconsciente, cuando desperté no había nadie

Día 268
Los alopes llevan días sin aparecer, quizás solo fue una pesadilla por un exceso de uso de la pajería, quizás los alopes no existan, quizás el Díaz también ha acabado con todos ellos, quizás mi permanencia aquí no tenga sentido.

Día 270
Hoy han llegado más refugiados, no demasiados. Apenas quince o veinte, pero eran señores de suma importancia y traían noticias terribles.
El primero que hizo acto de aparición fue el Aurelio, me sorprendió en la pajería, algo normal pues pasó casi todo mi tiempo allí, al principio no lo reconocí de demacrado y andrajoso que estaba, al principio pensé que era un alope o un unata e intenté abalanzarme sobre el pero me enrede con los calzoncillos que tenía a media pierna y me caí de boca. Gracias a Fray Alosebo el me recordaba de mi época de estudiante y no me mató en ese momento. Había subido solo para ver si el lugar era seguro, el valiente Aurelio. Después de él subieron Don Aloseb, El salvaje Ko, el Montaraz Claus y algunos de sus leales, era todo lo que quedaba de la resistencia. El Díaz había ganado. Pregunté por el Dux de manguara pero nada se sabía de su paradero, lo daban por muerto o quizás lo retenía el Díaz como pieza principal de sus desmanes eróticos.
En cualquier caso no se quedaron mucho tiempo atravesaron el muro y se internaron en territorio alope, Don Aloseb lo conocía bien de cuando fue expulsado de Oxfordseb y el junto a los diez mil invertidos y la carriles acabaron con la vida de triple gem, Pero antes de irse me dieron una noticia espantosa, los unatas estaban cerca. El Díaz no había sido ajeno al éxodo de refugiados e iba de camino hacia el muro, La última frontera del consenso le llamaba y no venía solo, había llamado a sus señores de la guerra y habían acudido todos. La succubo, el imp, puperko y sus descerebrados puppets, el presidente, el radical…todos.
Estaban a tres días de camino, tres días para una persona normal, unas dos semanas para los unatas que de puro estrés se desmayaban a cada paso o se bloqueaban incapaces de continuar.

Día 278
Hoy he vuelto a escuchar Don Diablo, estoy seguro de que ha sonado en mitad de la noche pero cuando me he asomado no había nadie, empiezo a pensar que me estoy volviendo loco

Día 282
No me lo estaba imaginando, los alopes son reales. Tan reales que están ahí fuera.

Día 286
Los alopes se encuentran acampados a unos centenares de metros del muro, llevan varios días ahí. Llegaron y acamparon, no sé exactamente su número pero deben ser centenares de miles a juzgar por las hogueras que arden en la noche, llegan hasta donde alcanza la vista y los pendones de la calavera ondean por doquier. Encendería las almenaras y soltaría los cuervos para avisar del ataque inminente si hubiera alguien a quien avisar pero a los únicos que podría advertir seria a los unatas y además no necesito encender nada ni soltar cuervos para hacerlo ya que llegaron ayer, se encuentran acuartelados al otro lado del muro parece que la idea de atacar les produce un estrés increíble y se encuentran indecisos pero los lugartenientes del Díaz los arengan de continuo, no creo que tarden mucho en ponerse en movimiento.

Día 287
Hoy he visto al Díaz, llama la atención ver que es una persona normal, como cualquiera de nosotros, los refugiados lo pintaban de tal manera que me ha sorprendido ver que no mide tres metros, no tiene cuernos, ni colmillos ni una cola puntiaguda y, aunque estoy en la distancia, no parece que exude azufre.

Día 288
Todo sigue igual. Los alopes a un lado, los unatas a otro y en el medio el muro y la muerte

domingo, 2 de julio de 2017

El Vigilante del muro (III)



Día 142
No se cómo siguen las cosas en la península pero me temo lo peor, continuo la vigilancia en el muro sin atisbar alope alguno ni tampoco los refugiados que pasaron hace unos días

Día 151
Desde hace días no paran de llegar refugiados al muro, su goteo es constante y han debido atravesarlo ya miles. Al menos me mantienen informado de lo que esta sucediendo en la península.

Día 163
El atender a los miles de refugiados que llegan ha hecho que no tuviera tiempo de escribir en mi diario hasta hoy. Por lo visto el Díaz ya controla toda la península y ha comenzado a poner en práctica su plan, que no es otro que transformar toda la península en un gigantesco campamento, de hecho ya no la llaman la península inguinal si no península campamento campamento. Más allá de eso parece que no tiene intención de hacer nada, según me cuentan ha establecido su capital en la casona, antiguo sanatorio para jugadores con problemas, y no ha hecho más, por lo visto le estresa muchísimo el pensar que tiene que poner orden en todo el territorio conquistado y lo mismo le pasa a todos sus unatas. La consecuencia de esto es que no están haciendo nada y el mismo nuevo orden que el ha construido se está derrumbando por inacción de los conquistadores.

Día 171
Hoy he capturado a un pequeño destacamento unata que se había acercado al muro con intenciones aviesas, a pesar de que me superaban en número no ha sido difícil reducirlos ya que ante la vista del muro se han agobiado pensando que iban a tener que escalarlo o tomarlo de alguna manera y el estrés les ha dejado inmóviles. He abatido a cinco antes de que empezaran a moverse, he dejado uno vivo para interrogarlo.

Día 175
He abandonado al unata superviviente más allá del muro, los refugiados o los alopes acabaran con él. Parece que no está todo perdido, todavía hay focos de resistencia en la península. Por una parte el montaraz inguinal conocido como Claus se ha echado al monte con su partida de bandidos y desde sierra ingle hostiga las fuerzas unatas y el noble salvaje Ko recorre con los restos de su ejército la línea Maginot. A don Aloseb se le da por muerto y la enana vive ahora en las ruinas de Oxfordseb, se le puede ver paseando entre los restos de los muros vestido con una sotana y rebuscando entre los cadáveres de los caídos por si alguno fuera Don Aloseb.
De todos modos el unata creía que era cuestión de tiempo que estos focos de resistencia fueran aplastados.  

Día 181
Hoy he hecho un extraño descubrimiento, a unos cientos de metros de mi posición de guardia he descubierto una enorme puerta en el muro, tan grande que podría pasar todo un ejército de una sola vez, parece muy antigua y estaba cubierta de maleza, no la habría descubierto nunca si no fuera porque la ardilla que estaba cazando se ocultara allí. Si el muro se construyó como defensa contra los alopes, ¿Por qué poner una puerta por la que pueden pasar miles de personas de una vez?
Ojala hubiera prestado mas atención en las clases de historia inguinal en Oxfordseb