Día 300
Todo ha terminado, los unatas han
sido derrotados. Hace seis días que las puertas volvieron a abrirse, espero que
por última vez. Las fuerzas de Skull tatoo salieron por ellas como una exhalación
y se abalanzaron contra el ejército unata, debido a la sorpresa del ataque las
filas unatas caían una detrás de otra como espigas de trigo maduro, pensé que
la victoria sería fácil y que antes del mediodía plantaríamos nuestra bandera
en la tienda del Díaz pero no fue así.
El avieso Díaz, sin duda
conocedor de las puertas y de lo que de ellas podía salir, había dejado la
vanguardia a lo más débil de su ejército, los puppets en la confianza de que pensáramos
que la batalla seria cosa fácil. Los salvajes alopes al enfrentarse a esas
criaturillas pensaron que la victoria se alcanzaría con facilidad y muchos de
ellos se pararon a afeitarles los escrotos a los caídos. Desde mi elevada
posición en el muro empecé a ver movimiento en un bosquecillo cercano, quise
avisar a los alopes pero era tarde.
Repentinamente, de entre los árboles,
apareció la impía enana a lomos de Chupacabra, su maligno pony y le seguía un
destacamento de enanos de la chiva a cada cual más vil que el anterior, cayeron
sobre los desprevenidos alopes y todo se convirtió en un baño de sangre.
Skull tatoo dio la orden de
soltar a los danzantes y aquello se convirtió en un pandemónium. El entrechocar
de las armas, los histéricos gritos de los puppets, la sangre, los aullidos de
los moribundos y sobre todo aquello los acordes de Don Diablo y los demoniacos
danzantes.
El Díaz entonces movilizó al
grueso de su ejército diabólico y miles de gitanos ataviados con su traje
naranja de batalla se lanzaron sobre los alopes como un solo hombre.
La batalla era encarnizada, los
alopes que se habían quedado en el muro comenzaron a disparar una lluvia de
flechas sobre el contingente de luchadores haciendo estragos en las filas
enemigas pero también en los amigos, así es la fiereza alope que no conoce más
amigo que aquel que le proporciona la victoria.
Dispararon hasta quedarse sin
munición y entonces saltaron a tierra como feroces berserkers sin pensar más
que en derramar la sangre enemiga. Skull fue el último en bajar y después lo
hice yo.
Las defensas del muro estaban pensadas
para repeler un ataque desde el otro lado del muro y eran inútiles en la
batalla que se estaba librando y debíamos ganarla o la tierra inguinal seria
destruida.
Skull luchaba como un demonio
derribando a unatas por doquier pero a pesar de su ferocidad y la del resto de
sus hombres el enemigo nos superaba en número pues eran cinco reinos aliados en
la herejía unata. Yo sabía que solo habría una manera de volver a traer la paz
a la península. Tenía que acabar con el Díaz
Acabe con un unata que parecía nervioso
pues el peso de la decisión de usar maza o espada pareciase que lo estaba
consumiendo y alce la vista, el Díaz había avanzado desde la retaguardia y
estaba viéndoselas con dos alopes al tiempo. A pesar de su corazón negro he de
reconocer que el Díaz es un inguinal de los pies a la cabeza y estaba dando
buena cuenta de ellos. Corrí, en la esperanza de alcanzar al Díaz antes de que
acabara su sangrienta danza y abatirlo, eso podría acabar con la moral del ejército
y darnos la victoria que tanto necesitábamos
.
Pero antes de que lograra
alcanzarlo el Díaz acabó con el último de los alopes que le rodeaban y miró en
mi dirección, se me heló la sangre en las venas, mirarle a los ojos fue como
asomarme a un abismo, allí solo había muerte y vacío.
Aun así trabé combate, en parte
porque la inguinalidad corría peligro de muerte y en parte porque ya estaba
corriendo hacia él y no me daba tiempo a frenar. Las espadas chillaron al
entrar en contacto y el Díaz comenzó de nuevo su macabra danza de muerte, me
defendí como pude y honradamente creo que con pasmosa habilidad pues el Díaz no
podía romper mi guardia por más que lo intentara aunque ciertamente yo me
limitaba a defenderme y sabía que el tiempo jugaba en mi contra. Pero la suerte
que había acompañado al días hasta ese momento le abandonó y resbaló en la
sangre de uno de los alopes que había matado, cayó de bruces y quedose a mi
merced.
Alcé mi espada y me dispuse a
darle muerte en el acto, pero cuando me encontraba enfrascado en tan noble propósito
se oyó un chillido espantoso que resonó por todo el campo de batalla y sobre mi
cayó, con toda su furia, la diablesa tuerta que siempre acompaña al Díaz. Aun
así creo que logré herirle antes de caer al suelo con la demoniaca Anselma intentando
hacerme trizas con sus garras, la fuerza de aquel demonio era enorme, aumentada
además por el miedo de ver morir a su amado Díaz. En ese momento creí que iba a
morir, la Anselma había logrado situarse encima de mí y su único ojo brillaba
inyectado en sangre, alzó sus putrefactas garras dispuesta a degollarme y yo encomendé
mi alma a Fray Alosebo
Creo que eso fue lo que me salvó,
en el momento en que el succubo bajaba su mortífera garra apareció de la nada
una mano salvadora que frenó el golpe, la mano brillaba como con luz propia y
de donde la mano agarraba el brazo de la Anselma salía como un humo impío, la
Anselma chillaba como un cerdo agonizante y de un violento salto se apartó de
la figura salvadora, agarró al Díaz y desapareció entre la multitud de
luchadores.
Miré hacia arriba por averiguar
la identidad de mi salvador y vi a un hombre, con el hábito del santo monje
oxfordsebita que irradiaba una enorme paz, me miró y me dijo que estuviera
tranquilo, después de eso desenvainó una espada flamígera similar a la que
imagino sacara el Arcángel San Miguel cuando nos expulsó del paraíso y se dirigió
a las filas unatas. En ese momento me desmayé a causa de mis heridas.
Cuando desperté todo había acabado,
los alopes estaban acabando con los últimos focos de resistencia unata y
afeitaban los escrotos de los caídos para hacerse insignias, pendones y
banderolas.
Skull me dijo que una vez los
unatas vieron que su jefe había caído se inundaron sus corazones de miedo y
estalló el caos, muchos huían, otros aun presentaban batalla pero la
desorganización era total y los alopes viéndose victoriosos los aplastaron con
facilidad.
Habíamos vencido
Día 307
Hoy los alopes se retiran hacia
el interior de su nueva tierra, nuestra antigua península. Skull me ha dicho
que cazaran a los unatas huidos como a perros sarnosos y que no volverán a
representar un peligro para los pilosos.
También le pregunté por la figura
que salvó mi vida ya que entre los salvajes alopes un monje debe de llamar
mucho la atención y más con una espada como esa pero Skull me ha dicho que en
sus filas no existe nadie así y que no vio a nadie de esa guisa durante la
batalla.
Estoy convencido que se trataba
del propio Fray Alosebo que vino a ayudar a su pueblo en su hora de más
desesperada necesidad.
Skull y yo nos hemos despedido
como aliados pero la próxima vez que nos encontremos será como enemigos.
Día 331
Hoy ha venido un carretero con víveres
de Nuevo Oxfordseb, me ha contado que las obras de construcción del colegio van
viento en popa, que han aprovechado unas ruinas que allí se hallaban y que
esperan que el colegio este operativo para el próximo curso. Que el pueblo
libre de Koland ha refundado su civilización en unas cuevas más allá del páramo
y lo mismo han hecho los tísicos, los enanos, los puppets y hasta un pequeño clan
gitano, que no quiso seguir los senderos del unatismo, ha fundado un nuevo
campamento por lo visto le llaman campamento campamento campamento, agregan un
campamento cada vez que lo mudan de sitio. Claus el bandolero sigue en los
montes con su partida y entendemos que en breve volverá a hacer de las suyas
con sus secuestros y pillaje en general.
Parece que la
normalidad está volviendo a la península
Día 351
Hace días que veo pasar en la
noche a los pocos unatas que han sobrevivido a la cacería alope, esperan a la
noche para atravesar el muro, creen que no los veo pero si lo hago. No los
detengo porque creo que todos podemos equivocarnos y la tierra inguinal debe
acoger a todos sin excepción. Además ya no creo que representen peligro alguno.
Día 378
Hoy le he preguntado al carretero
que cuando piensa que me enviaran un reemplazo. Dice que no está seguro pero
que cree que pronto.
Día 396
Esta noche ha cruzado el muro la
enana, iba en brazos de puperko. A pesar de su evidente malignidad he decidido
no detenerlo, quizás sea bueno que se refunde el simpli y el dungeon, al menos están
cerca del muro y desde aquí podría hacer una escapada en tanto llega el cambio
de guardia
Día 432
Todos los reinos se han refundado
con mayor o menor fortuna, todos menos uno. El dux de la Republica de
mercaderes libres de manguara sigue sin dar señales de vida, algunos dicen que
se encuentra en territorio alope, que se ha convertido en uno de ellos y que
las noches de luna llena sale a cazar con Skull completamente afeitado., otros
dicen que el días lo mató durante una horrible orgia de semen y sangre y otros
que intentó cruzar las darklands sin el collar de 40 manguaravedies y que ahora
vaga por las cercanías de la torre del limosnero siguiendo a aquel en triste
compaña. Sea como fuere los manguarenses supervivientes parece que se arremolinaron
en torno a la única figura de sangre ducal viva esto es el hijo del finado
mangualon o lo que es lo mismo de Mangui. Este, dentro de sus escasas
posibilidades ha organizado un remedo de sociedad en las tierras manguarenses
donde solo reina la pobreza y la ignorancia y, según me cuentan, también la
violencia desde que tomó como valido a otro discapacitado de triste recuerdo
para Oxfordseb que responde al nombre de Sebito.
Día 511
Esta noche han cruzado el muro
los dos últimos peregrinos unatas, un hombre y una mujer, no se quiénes eran
pero al alejarse del muro, una vez cruzado, la mujer se ha vuelto y en la
distancia he podido ver el maliciosos brillo de su único ojo.
Me he ocultado en la pajería y no
he salido hasta la mañana
Día 857
Hoy he recibido un cuervo de Nuevo
Oxfordseb, que todavía no pueden enviarme reemplazo pero que sea paciente, que
no se olvidan y que en cuanto puedan me envían a alguien. Que no abandone la
vigilancia
Día 936
Hoy he terminado de montar las
defensas en el lado opuesto del que estaban hasta ahora.
Me doy la vuelta. Sigo vigilante,
los alopes pueden aparecer en cualquier momento