viernes, 18 de diciembre de 2015

Diario de misiones Ko (II)


En tierra extraña

       10 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Llevamos dos días en las posesiones de mi archienemigo y he de decir que a pesar de su naturaleza bestial se está comportando con honor. Nos hemos alojado en la cueva real y dentro de los incivilizados baremos Ko nos aportan los enseres y vituallas dignos de un rey. Excuso decir que en una civilizada manguaropolis o en oxfordseb no sería suficiente ni para cuidar a un perro.
He prohibido a mis muchachos el tomar los hábitos y costumbres Ko, son fuertes de cuerpo y valor pero débiles ante las tentaciones salvajes de las que hacen gala los hombres bestia que aquí viven. Por el contrario, en mi papel de líder civilizador y en aras de que el mensaje de fray Alosebo cale hondo en las mentes de los lugareños yo intento mimetizarme con el ambiente. Así todas las mañanas corro semidesnudo por los campos con otros muchachos del lugar y he yacido en numerosas ocasiones con las más bellas campesinas que hacen cola ante la puerta de la gruta real. Tan grande es mi amor por Fray Alosebo que no dudo un instante en sacrificarme para que el mensaje llegue a los corazones de los salvajes.

Halilovic ha pasado la noche llorando.

 12 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Mis chavales se han aclimatado bien a la dureza de la vida Ko. Comen su ración de carne cruda junto a otros muchachos de la zona y han participado en dos partidas de caza alopes, con resultados satisfactorios, también participan de los juegos rituales y yacen con quien quieren, todo se lo permito como pago por su lealtad, únicamente les he prohibido usar los atuendos tradicionales y deben asistir a las jornadas de catequesis que todos los días tenemos en koland.
Esta tarde hemos derribado los ídolos que los salvajes en su ignorancia adoraban en las cuevas sagradas, horrendas e impúdicas imágenes que reparten por doquier de Tupri, falso ídolo al que adoran como diosa y fundadora de su pueblo, las imágenes han sido sustituidas por advocaciones marianas, en el altar mayor hemos colocado una imagen de nuestra señora de los Remedios. Al principio los salvajes han dado por bueno este cambio, extrañándose únicamente de que las imágenes se representaran vestidas, solo un pequeño grupo de ancianos parece mostrarse contrario a esta sustitución pero creo que podré controlar su animadversión.

Halilovic no quiere salir de la cueva, cuando le pregunto que por qué no va a jugar con sus amigos prorrumpe en sollozos histéricos.

 14 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Ayer prohibimos los sacrificios rituales de larvas de alope, al considerarlo una práctica impropia de personas civilizadas, también hemos prohibido la desnudez en público, reservando este habito para la esfera privada (Yo me he reservado el derecho a mantenerme semidesnudo por meras cuestiones prácticas. Hace mucho calor). Hemos decretado la obligación de cocinar la carne antes de comerla y las relaciones extraconyugales han sido tajantemente vetadas. Creo que el pueblo Ko agradece la impronta civilizadora que se le ofrece desde oxfordseb aunque hoy hemos visto reunido al consejo de ancianos y no parecían muy contentos.
Halilovic, lleva dos días sin dormir, está muy demacrado y no come nada. Permanece en postura fetal riendo y llorando como una histérica. Hoy he tenido que abofetearlo. No ha reaccionado solo me mira ausente como si no me conociera.


15 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Ayer le dieron una paliza a Keko.

Parece que una parte de la población no está entendiendo las correcciones que estamos haciendo a su bárbara forma de vida. Keko, que hace unos días fue ordenado en el seno de Fray Alosebo me pidió permiso para propalar la palabra por la ciudad koñera, parece ser que se alejó demasiado de la cueva real y unos gamberros le dieron una paliza al grito de “Maldito oxfordsebita” y “Estáis hundiendo nuestra civilización”.
He prohibido a mis muchachos que salgan solos de la cueva real y que se alejen demasiado de la zona. Parece que el ambiente ha crecido en hostilidad. Los ancianos han envenenado las mentes de los jóvenes diciéndoles que las nuevas costumbres los debilitan.
A Keko le he dado permiso para sembrar en otros campos y ha partido hacia el paramo, creo que quería ir hacia las darklands.

Hoy he encontrado a Halilovic frente a una pared dándose cabezazos contra ella mientras murmuraba incoherencias, cuando he conseguido pararle ya estaba sangrando. Creo que no se ha aclimatado a la dureza de estas tierras.


16 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Hoy me ha llegado un cuervo. Parece que Don Paolo ha tenido noticias de la ecuménica labor que estamos llevando a cabo y teme que si llega a oídos del santo padre unido a la desastrosa labor que está haciendo en Oxfordseb pueda ser destituido de su cargo. Ha enviado a Don Ramón de Narváez con un amplio contingente para predicar en estas tierras y así ganarse el favor de la curia.
Hemos decidido salir a su encuentro en el paramo, dejo a cargo del protectorado Ko a Keylor, mi fiel indiano, con la mitad de los pequeños picaros. Yo acabaré con la escoria de Don Ramón.

Finalmente he decidido llevarme a Halilovic conmigo. Ha estado todo el día muy taciturno y no quiere hablar conmigo, no come ni duerme, no para de repetir “Escaparé, escaparé de aquí de una forma u otra” Temo que pueda hacer una locura, lo llevaré a mi lado para vigilarlo.

 18 de diciembre, año 624 desde la muerte de Fray Alosebo

Hoy hemos acabado con Don Ramón de Narváez

Estaba acampado en el paramo de la casi segura aniquilación y no esperaba que realizáramos el ataque durante la noche. Sabe que el pueblo Ko, supersticioso y atrasado, teme la oscuridad como a una vara verde y no esperaba el ataque.
La lucha ha sido cruenta y rápida, he luchado contra él y en una finta he conseguido acertarle con mi espada en su ojo izquierdo, al verse tuerto se ha sabido derrotado y ha caído a mis pies implorando clemencia, sus hombres al ver a su indigno jefe aullando por su vida se han rendido a las fuerzas alosebitas.
Las seguras promesas de gloria y poder han hecho que muchos de sus hombres se pasaran a nuestro bando, los que no lo han hecho se les ha permitido regresar a Oxfordseb para darle la incómoda nueva de su fracaso a Don Paolo.

Don Ramón ha sido atado a un grueso árbol desnudo y abandonado allí. Seguramente será pasto de las fieras sodomiformes que infestan estas ásperas tierras.
Ahora volveremos a las montañas Ko, espero que mi valiente indiano haya gestionado con habilidad la naciente hostilidad del pueblo Ko en mi ausencia.

 Halilovic ha desaparecido, lo perdí de vista cuando atacamos el campamento de Don Ramón, en ese momento temblaba como una hoja y tenía una palidez preocupante, parece que ha aprovechado la confusión para internarse en el paramo. Creo que finalmente la dureza de esta vida ha quebrado definitivamente su joven espíritu.

Esta noche rezaremos una oración por su alma

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