Señor escribano, valoro
en gran medida su ardua labor, permítame que le haga traer una
suripanta para que alivie su caligráfica labor... Mangui!! haz traer
una barragana para este hombre, o prefiere un efebo, maese
escribano?... En cualquier caso tome buena nota de lo que voy a
contar, pués es un pasaje de gran relevancia.
...La guardia real formó
una cadena para contener a la población y proteger a la familia real
y sus minístros álopes. Skulltatoo reía desafiante en la
escalinata mientras daba los últimos retoques con su gillete azul al
escroto de otro muchacho, de otro procesionario.
Pronto la multitud
colérica rompió el cordón de seguridad y fueron pasando a cuchillo
a todo filoálope que encontraba, nos desataron y pudimo
incorporarnos a nuestra cita con la historia de Manguara, no sin
antes hacernos toda clase de moños, trenzas y recogidos en nuestras
melenas escrotales.
Los felones
Barbilampignos y los álopes más influyentes se refugiaron en el
palacio real, otros de aquellos seres no tuvieron tanta suerte, por
encontrarse en otras zonas de Manguara. Durante tres días con sus
noches se peinó cada rincón de la metrópolis glándica en busca de
álopes; los que se capturaban eran torturados por la turba, que les
ponía pelucas y melenas escrotales y los hacía bailar con ellas
antes de degollarlos y lanzar sus cuerpos al mar. Los integrantes del
ballet de Georgio Aresu fueron sodomizados hasta el alba después de
ser encerrados en cobertizos. Aquellas escenas dantescas nunca podrán
borrarse de la mente de los manguarenses de mi generación,
levantarnos con pesadillas en la noche es el pagó a cambio de dar un
golpe de timón a la historia, y también el recuerdo cálido y
húmedo de aquellos cobertizos...
Recuerdo también a los
gitanos glutanáticos pelearse por urgar en los bolsillos de los
cadáveres álopes en busca de defensas, mediocentros o cualquier
otra cosa alineable. Os recuerdo que entonces teníamos permitida la
venta ambulante en Manguara que como sabeis luego se prohibió, en
nuestra política proteccionista con el comercio de proximidad, y en
base a los protocolos de la federación de comercio interinguinal de
Manguara "Manguara´s Trade Interinguinal Federation".
Después de esto vino el
asedio al Palacio Real. Con catapultas se lanzaban los cadáveres de
los álopes capturados al interior del castillo, se hizo una colecta
de pelo entre la población, y usando los mismos ingenios de asedio
se les lanzaba titánicas bolas de pelo. Se escuchaban los alaridos
de los álopes en la noche, gritos secos y rudos como los de una
alimaña atrapada en un cepo.
Se les cortaron las vías
de entrada de suministros; sabíamos que los álopes podían
sustentarse al menos un tiempo succionandose unos a otros las sales
epidérmicas del escroto, pero no fue necesario llegar a tal extremo
ya que la guardia real comenzó a desertar en masa y a sumarse a la
revuelta, ya estábamos dentro, la victoria estaba cantada...
Cuando entramos en el
palacio, muchos manguarenses de bien fueron directos a los almacenes,
a quemar todas las larvas de álope y erradicar aquella aberrante
forma de vida de las tierras del glande, pero los procesionantes
teníamos otro objetivo, aquel ser coproforme llamado skulltatoo...
Cuando llegamos a los
aposentos de los barbilampignos no estaban con ellos, miramos al
embarcadero real y vimos un balandro alejarse con los diez o doce
álopes que lograron sobrevivir... lo siguiente que recuerdo es
llevar a los barbilampignos a la plaza mayor donde se habían montado
dos guillotinas. En unos segundos sus traidoras vidas pasarían a ser
un vulgar y desgraciado antecente en la gloriosa historia de la
República de Mercaderes Libres de Manguara.
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