viernes, 7 de julio de 2017

El Vigilante del muro (VI)



Día 300
Todo ha terminado, los unatas han sido derrotados. Hace seis días que las puertas volvieron a abrirse, espero que por última vez. Las fuerzas de Skull tatoo salieron por ellas como una exhalación y se abalanzaron contra el ejército unata, debido a la sorpresa del ataque las filas unatas caían una detrás de otra como espigas de trigo maduro, pensé que la victoria sería fácil y que antes del mediodía plantaríamos nuestra bandera en la tienda del Díaz pero no fue así.

El avieso Díaz, sin duda conocedor de las puertas y de lo que de ellas podía salir, había dejado la vanguardia a lo más débil de su ejército, los puppets en la confianza de que pensáramos que la batalla seria cosa fácil. Los salvajes alopes al enfrentarse a esas criaturillas pensaron que la victoria se alcanzaría con facilidad y muchos de ellos se pararon a afeitarles los escrotos a los caídos. Desde mi elevada posición en el muro empecé a ver movimiento en un bosquecillo cercano, quise avisar a los alopes pero era tarde.

Repentinamente, de entre los árboles, apareció la impía enana a lomos de Chupacabra, su maligno pony y le seguía un destacamento de enanos de la chiva a cada cual más vil que el anterior, cayeron sobre los desprevenidos alopes y todo se convirtió en un baño de sangre. 

Skull tatoo dio la orden de soltar a los danzantes y aquello se convirtió en un pandemónium. El entrechocar de las armas, los histéricos gritos de los puppets, la sangre, los aullidos de los moribundos y sobre todo aquello los acordes de Don Diablo y los demoniacos danzantes.
El Díaz entonces movilizó al grueso de su ejército diabólico y miles de gitanos ataviados con su traje naranja de batalla se lanzaron sobre los alopes como un solo hombre. 

La batalla era encarnizada, los alopes que se habían quedado en el muro comenzaron a disparar una lluvia de flechas sobre el contingente de luchadores haciendo estragos en las filas enemigas pero también en los amigos, así es la fiereza alope que no conoce más amigo que aquel que le proporciona la victoria.

Dispararon hasta quedarse sin munición y entonces saltaron a tierra como feroces berserkers sin pensar más que en derramar la sangre enemiga. Skull fue el último en bajar y después lo hice yo.
Las defensas del muro estaban pensadas para repeler un ataque desde el otro lado del muro y eran inútiles en la batalla que se estaba librando y debíamos ganarla o la tierra inguinal seria destruida.
Skull luchaba como un demonio derribando a unatas por doquier pero a pesar de su ferocidad y la del resto de sus hombres el enemigo nos superaba en número pues eran cinco reinos aliados en la herejía unata. Yo sabía que solo habría una manera de volver a traer la paz a la península. Tenía que acabar con el Díaz

Acabe con un unata que parecía nervioso pues el peso de la decisión de usar maza o espada pareciase que lo estaba consumiendo y alce la vista, el Díaz había avanzado desde la retaguardia y estaba viéndoselas con dos alopes al tiempo. A pesar de su corazón negro he de reconocer que el Díaz es un inguinal de los pies a la cabeza y estaba dando buena cuenta de ellos. Corrí, en la esperanza de alcanzar al Díaz antes de que acabara su sangrienta danza y abatirlo, eso podría acabar con la moral del ejército y darnos la victoria que tanto necesitábamos
.
Pero antes de que lograra alcanzarlo el Díaz acabó con el último de los alopes que le rodeaban y miró en mi dirección, se me heló la sangre en las venas, mirarle a los ojos fue como asomarme a un abismo, allí solo había muerte y vacío.

Aun así trabé combate, en parte porque la inguinalidad corría peligro de muerte y en parte porque ya estaba corriendo hacia él y no me daba tiempo a frenar. Las espadas chillaron al entrar en contacto y el Díaz comenzó de nuevo su macabra danza de muerte, me defendí como pude y honradamente creo que con pasmosa habilidad pues el Díaz no podía romper mi guardia por más que lo intentara aunque ciertamente yo me limitaba a defenderme y sabía que el tiempo jugaba en mi contra. Pero la suerte que había acompañado al días hasta ese momento le abandonó y resbaló en la sangre de uno de los alopes que había matado, cayó de bruces y quedose a mi merced.

Alcé mi espada y me dispuse a darle muerte en el acto, pero cuando me encontraba enfrascado en tan noble propósito se oyó un chillido espantoso que resonó por todo el campo de batalla y sobre mi cayó, con toda su furia, la diablesa tuerta que siempre acompaña al Díaz. Aun así creo que logré herirle antes de caer al suelo con la demoniaca Anselma intentando hacerme trizas con sus garras, la fuerza de aquel demonio era enorme, aumentada además por el miedo de ver morir a su amado Díaz. En ese momento creí que iba a morir, la Anselma había logrado situarse encima de mí y su único ojo brillaba inyectado en sangre, alzó sus putrefactas garras dispuesta a degollarme y yo encomendé mi alma a Fray Alosebo

Creo que eso fue lo que me salvó, en el momento en que el succubo bajaba su mortífera garra apareció de la nada una mano salvadora que frenó el golpe, la mano brillaba como con luz propia y de donde la mano agarraba el brazo de la Anselma salía como un humo impío, la Anselma chillaba como un cerdo agonizante y de un violento salto se apartó de la figura salvadora, agarró al Díaz y desapareció entre la multitud de luchadores.

Miré hacia arriba por averiguar la identidad de mi salvador y vi a un hombre, con el hábito del santo monje oxfordsebita que irradiaba una enorme paz, me miró y me dijo que estuviera tranquilo, después de eso desenvainó una espada flamígera similar a la que imagino sacara el Arcángel San Miguel cuando nos expulsó del paraíso y se dirigió a las filas unatas. En ese momento me desmayé a causa de mis heridas.

Cuando desperté todo había acabado, los alopes estaban acabando con los últimos focos de resistencia unata y afeitaban los escrotos de los caídos para hacerse insignias, pendones y banderolas.
Skull me dijo que una vez los unatas vieron que su jefe había caído se inundaron sus corazones de miedo y estalló el caos, muchos huían, otros aun presentaban batalla pero la desorganización era total y los alopes viéndose victoriosos los aplastaron con facilidad.
Habíamos vencido

Día 307
Hoy los alopes se retiran hacia el interior de su nueva tierra, nuestra antigua península. Skull me ha dicho que cazaran a los unatas huidos como a perros sarnosos y que no volverán a representar un peligro para los pilosos. 

También le pregunté por la figura que salvó mi vida ya que entre los salvajes alopes un monje debe de llamar mucho la atención y más con una espada como esa pero Skull me ha dicho que en sus filas no existe nadie así y que no vio a nadie de esa guisa durante la batalla.
Estoy convencido que se trataba del propio Fray Alosebo que vino a ayudar a su pueblo en su hora de más desesperada necesidad.

Skull y yo nos hemos despedido como aliados pero la próxima vez que nos encontremos será como enemigos.

Día 331
Hoy ha venido un carretero con víveres de Nuevo Oxfordseb, me ha contado que las obras de construcción del colegio van viento en popa, que han aprovechado unas ruinas que allí se hallaban y que esperan que el colegio este operativo para el próximo curso. Que el pueblo libre de Koland ha refundado su civilización en unas cuevas más allá del páramo y lo mismo han hecho los tísicos, los enanos, los puppets y hasta un pequeño clan gitano, que no quiso seguir los senderos del unatismo, ha fundado un nuevo campamento por lo visto le llaman campamento campamento campamento, agregan un campamento cada vez que lo mudan de sitio. Claus el bandolero sigue en los montes con su partida y entendemos que en breve volverá a hacer de las suyas con sus secuestros y pillaje en general.

Parece que la normalidad está volviendo a la península

Día 351
Hace días que veo pasar en la noche a los pocos unatas que han sobrevivido a la cacería alope, esperan a la noche para atravesar el muro, creen que no los veo pero si lo hago. No los detengo porque creo que todos podemos equivocarnos y la tierra inguinal debe acoger a todos sin excepción. Además ya no creo que representen peligro alguno.

Día 378
Hoy le he preguntado al carretero que cuando piensa que me enviaran un reemplazo. Dice que no está seguro pero que cree que pronto.

Día 396
Esta noche ha cruzado el muro la enana, iba en brazos de puperko. A pesar de su evidente malignidad he decidido no detenerlo, quizás sea bueno que se refunde el simpli y el dungeon, al menos están cerca del muro y desde aquí podría hacer una escapada en tanto llega el cambio de guardia

Día 432
Todos los reinos se han refundado con mayor o menor fortuna, todos menos uno. El dux de la Republica de mercaderes libres de manguara sigue sin dar señales de vida, algunos dicen que se encuentra en territorio alope, que se ha convertido en uno de ellos y que las noches de luna llena sale a cazar con Skull completamente afeitado., otros dicen que el días lo mató durante una horrible orgia de semen y sangre y otros que intentó cruzar las darklands sin el collar de 40 manguaravedies y que ahora vaga por las cercanías de la torre del limosnero siguiendo a aquel en triste compaña. Sea como fuere los manguarenses supervivientes parece que se arremolinaron en torno a la única figura de sangre ducal viva esto es el hijo del finado mangualon o lo que es lo mismo de Mangui. Este, dentro de sus escasas posibilidades ha organizado un remedo de sociedad en las tierras manguarenses donde solo reina la pobreza y la ignorancia y, según me cuentan, también la violencia desde que tomó como valido a otro discapacitado de triste recuerdo para Oxfordseb que responde al nombre de Sebito.

Día 511
Esta noche han cruzado el muro los dos últimos peregrinos unatas, un hombre y una mujer, no se quiénes eran pero al alejarse del muro, una vez cruzado, la mujer se ha vuelto y en la distancia he podido ver el maliciosos brillo de su único ojo.
Me he ocultado en la pajería y no he salido hasta la mañana

Día 857
Hoy he recibido un cuervo de Nuevo Oxfordseb, que todavía no pueden enviarme reemplazo pero que sea paciente, que no se olvidan y que en cuanto puedan me envían a alguien. Que no abandone la vigilancia

Día 936
Hoy he terminado de montar las defensas en el lado opuesto del que estaban hasta ahora.

Me doy la vuelta. Sigo vigilante, los alopes pueden aparecer en cualquier momento

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